El presidente del Parlament, Gabriel Le Senne, accediendo a la institución. | Teresa Ayuga

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El presidente del Parlament de les Illes Balears, Gabriel Le Senne (Vox), ha rechazado públicamente la exigencia de dimisión de los partidos de izquierdas, entidades memorialistas y una manifestación de cerca de medio millar de personas después de que el pasado martes rompiera fotos de republicanas asesinadas en 1937, entre ellas la de Aurora Picornell, generando una polémica que trascendió a escala nacional y llevó consigo una cascada de reacciones reclamando la destitución del cargo de Vox, que este jueves cumple un año en su puesto.

«No voy a dimitir porque tengo el apoyo de la mayoría de la cámara. Creo que se ha exagerado mucho, se ha sacado de quicio», ha asegurado Le Senne en declaraciones realizadas a los medios al terminar el pleno extraordinario que se ha celebrado este jueves en el Parlament, donde todas las miradas se concentraron en el presidente de la cámara balear, señalado por todas las fuerzas de izquierdas, que mostraron su malestar en el pleno, de la misma manera que diferentes colectivos en los exteriores de la sede parlamentaria.

De la misma manera, quiso prolongar su disculpa pública y justificar su actitud, reprobada por diferentes sectores políticos y sociales de Mallorca, e incluso por el propio Gobierno de España y su presidente, Pedro Sánchez. «Yo no odio a ninguna víctima, ni mucho menos, nunca fue mi intención faltar al respeto a ninguna víctima, yo respeto a todas las víctimas; y no entro en el sentido de la ley porque no me corresponde como presidente pero nadie quiere atentar a la memoria de ninguna víctima», prosiguió Le Senne, que tuvo que manifestarse tras el revuelo generado por su acción y las consecuencias a nivel político y social.

La respuesta de Le Senne es consecuencia del episodio vivido el pasado martes en el Parlament, cuando rompió unas imágenes de represaliadas del franquismo que había pegado en su ordenador la vicepresidenta segunda del Parlament, la diputada socialista Mercedes Garrido. Tras ello, procedió a su expulsión del pleno, de la misma manera que la de la secretaria segunda de la mesa, Pilar Costa (PSOE), en el momento en el que se debatía la toma en consideración de la derogación de la Ley de Memoria Democrática de Baleares del año 2018.

El presidente del Parlament dejó claro que lo que hizo «es grave», a la vez que fue tajante al afirmar que «no volverá a ocurrir», aunque a la par justificó su comportamiento de la siguiente manera: «Tuve un momento en que me enfadé e hice algo que no debía hacer, pero ya está, no hay que sacar las cosas de quicio, nunca he querido faltar a la memoria de ninguna víctima, respeto a todas», explicó Le Senne.

«He pedido perdón por un momento en que me enfadé e hice lo que no debía. Lo he pedido en la Mesa y también en privado a todos los portavoces, en la junta de portavoces y aprovecho para reiterarlo y hacerlo extensivo, por supuesto en primer lugar a la señora Garrido y a la señora Costa, a todos los diputados y a todos los ciudadanos», prosiguió el dirigente, quien a su vez considera «mucho más grave algunas cosas que se están diciendo premeditadamente y pensadas que un momento de ofuscación tras diez horas de pleno, que uno se equivoca».

Respecto a la intención del Gobierno de trasladar a la Fiscalía los hechos que protagonizó con el fin de que determine si concurre en delito al romper la foto de una víctima de la Guerra Civil, Le Senne dijo que «se está sacando de contexto; no hay odio, mi intención no fue romper el cartel sino retirarlo».

Le Senne permitió en la sesión de este jueves que los diputados de la oposición centraran sus intervenciones en los hechos del martes, aunque el motivo del pleno extraordinario era la mesa del pacto social por la convivencia con el turismo, con la finalidad de «tener manga ancha para no agravar más el problema», y aunque algunos diputados en el hemiciclo «han protestado con razón» y han pedido una llamada de atención desde la Mesa.

En la sesión de este jueves, la expulsadas Garrido y Costa ocuparon su puesto en la Mesa del Parlament luciendo camisetas con las fotos de las represaliadas como las que Le Senne rompió el pasado martes, a la vez que en los exteriores del Parlament se desarrollaba una protesta convocada por la Plataforma por la Memoria Democrática para pedir la destitución del presidente de la cámara balear.

A las palabras de la presidenta del Govern, Marga Prohens, quien le pidió que reflexionara sobre los hechos, de que haga una reflexión, Le Senne salió al paso y afirmó que está «reflexionando y seguiré reflexionando. Creo que este error no lo volveré a cometer pero creo que también hay que guardar las formas y que ha habido críticas a los miembros de la Mesa. Todos tenemos que aplicarnos el mismo cuento», concluyó el presidente del Parlament.

Durante la sesión plenaria del 18 de junio en el Parlamento de las Islas Baleares, las diputadas socialistas Garrido y Costa exhibieron carteles claramente partidistas en la Mesa de la Cámara, contradiciendo así la neutralidad requerida. En privado y de manera reiterada, el presidente intentó convencer a Garrido de que retirara los carteles para mantener la neutralidad de la Mesa. A pesar de que la socialista aseguró que lo harían tras la intervención de un diputado, no lo hizo.

Comunicado de Le Senne

Ante la situación generada, el presidente del Parlament, Gabriel Le Senne, emitió un comunicado oficial en el que extendió sus reflexiones y habló sin tapujos de una «campaña de acoso, insultos y amenazas» contra su persona y cargo. «Las quejas de numerosos diputados de distintos grupos por la falta de respeto a la Cámara y a la Mesa siguieron en aumento. Ante esta situación, y según el deber de neutralidad e imparcialidad, que de acuerdo con los letrados de la Cámara debe mantener la Mesa, el presidente informó en privado a la vicepresidenta segunda de la Mesa que, si no retiraban voluntariamente los carteles, las llamaría al orden y las expulsaría», arranca la nota.

Y prosigue relatando que «la respuesta de la señora Garrido, ‘expúlsanos', junto con su actitud desafiante, llevó al presidente a proceder con la expulsión tras llamarlas tres veces al orden, de acuerdo con el artículo 119.2 del Reglamento de la Cámara, que faculta al presidente para adoptar las medidas pertinentes para hacer efectiva la expulsión de un diputado sancionado».

La nota emitida por el Gabinete del presidente habla de «las exageraciones y relatos incompletos, unidos a la campaña de acoso, insultos y amenazas al presidente del Parlamento de las Islas Baleares, que ha contado con la participación de diputados de esta Cámara, suponen un atentado contra la democracia, la neutralidad e imparcialidad institucional y contra el Estado de Derecho». Y escala un peldaño al apuntar hacia Moncloa y el Gobierno de España en su crítica Le Senne.

«En este contexto de ofensiva contra las Instituciones que funcionan con rigor e independencia de los intereses partidistas es donde se enmarca esta nueva amenaza del Gobierno de Pedro Sánchez, y de su ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, del traslado al Ministerio Fiscal de los acontecimientos ocurridos en la sesión plenaria del 18 de junio, por haberlos considerado susceptibles de ser constitutivos de un delito penal de odio. Ninguna amenaza ni chantaje del Gobierno de España va a conseguir tapar sus escándalos ni los de su presidente, Pedro Sánchez», continúa.

Y finaliza asegurando que «desde la Presidencia del Parlamento de las Islas Baleares, reiteramos nuestro compromiso con la democracia, el orden constitucional y la libertad de todos los españoles. Seguiremos trabajando con contundencia y convicción para que los intereses de los españoles se vean representados en orden y libertad, sin presiones ni chantajes».