Jóvenes consultan sus móviles. | Teresa Ayuga

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«¿Quieres ganar cinco euros con cada ‘like’ que das? Es muy sencillo y puedes ganar mucho dinero». Decenas de residentes en la Isla han sido víctimas en las últimas semanas de una nueva estafa conocida como el ‘timo del like’, que consiste en captar a jóvenes y desempleados para supuestamente posicionar empresas y cuentas en internet. En realidad, como ocurre siempre en estos casos, la víctima acaba pagando cantidades que oscilan entre los 2.000 y 4.000 euros con la promesa de que triplicará la inversión. Algo que, por supuesto, nunca ocurre.

«Hola». Así captan inicialmente a los interesados en este falso empleo online. Con este saludo en WhatsApp, desde un perfil que carece de foto, el supuesto intermediario abre el fuego. El teléfono es de Sudáfrica, Indonesia y Pakistán, pero ese detalle la víctima no lo sabe.

Candidatos

En un castellano básico, casi siempre mal estructurado, explican que reclutan a candidatos para dar ‘like’ (me gusta) a ciertas páginas y canales de Youtube y de Instagram, principalmente.

A partir de ese momento, si el interesado acepta, comienza a colaborar con su nueva empresa online, de la que solo conoce el nombre ficticio del captador. A fin de motivar al futuro damnificado, le ofrecen pasar a otro nivel cuando da los primeros ‘me gusta’. «Ya estás dentro, eres de los nuestros, ahora entrarás en un grupo de Telegram», le comunican. Se trata de algo más exclusivo, que normalmente seduce al trabajador. Además, hay ‘infiltrados’ en el grupo que se hacen pasar por otros novatos: «Esto es una pasada, yo llevo ganado 300 euros en unos días y ya me lo han ingresado en mi cuenta corriente. No es ningún timo». Ese es otro de los problemas añadidos: los candidatos facilitan sus datos bancarios, lo que luego permite que sean víctimas de otras estafas más avanzadas.

En un momento dado, el empleado debe adelantar por Bizum pequeños ingresos de unos cincuenta euros cada uno. Es el momento crítico, el punto de inflexión. Muchos dudan, pero la mayoría acaba cediendo. Sin embargo, no ocurre nada. De hecho, la compañía les reporta después la cantidad adelantada con intereses muy elevados, imposibles en un mercado económico real. Es en ese momento cuando se ganan la confianza de los nuevos fichajes. Repiten la operación varias veces y el novato siempre gana dinero, aunque en cantidades modestas. Es el gancho definitivo. «La comisión que te dan es pequeña, de 150 euros igual puedes sacar 200. Es decir, ganas 50 euros, pero como has ganado te sientes seguro y te animas a inversiones más fuertes», explica un mando policial consultado por este periódico. La siguiente fase es el ‘ascenso’ del timado, a una nueva categoría donde se mueven cantidades más potentes y los beneficios, por consiguiente, son mayores.

La víctima se acerca al precipicio, pero casi nunca lo detecta. «En muchas ocasiones son personas en el paro o adolescentes y jóvenes que necesitan ingresos de forma desesperada, así que no recapacitan y se lanzan al negocio», añade otro experto informático policial.

Es entonces, casi siempre en Telegram, cuando le proponen una inversión de 2.000 ó 4.000 euros, que le dejará una cuantiosa comisión. Nada que ver con los 50 euros que había ganado antes. En cuanto el trabajador adelanta ese importe, el grupo se esfuma. Como por arte de magia. Ya nadie responde a sus mensajes desesperados y mucho menos llega la minuta. Sólo en algunos casos, el captador reaparece para explicarle que se demorarán en el ingreso, aunque existe una posibilidad de agilizarlo: «Si compras criptomonedas todo se arreglará».

Es la última estafa. El Grupo de Delitos Tecnológicos de la Policía Nacional ha recibido decenas de estas denuncias y se estima que muchos otros afectados no han denunciado porque las cantidades que han perdido son pequeñas y no han llegado a la última fase del fraude. Curiosamente, y lo que da una idea de la jungla en la que se ha convertido internet, uno de los mallorquines afectados decidió buscar un abogado e interponer una denuncia contra los ciberestafadores. Encontró a un supuesto letrado en una página web y tras contactar con él le pagó tres minutas de 450 euros cada una. Nunca más se supo del ‘jurista’. Era otro estafador.

El apunte

‘Ejércitos’ de trabajadores online para posicionar empresas

Los estafadores del timo del ‘like’ explican a sus víctimas que están reclutando un ‘ejército’ de trabajadores online para posicionar determinadas empresas, marcas y youtubers. Y que el trabajo se puede realizar desde casa y que una o dos horas equivalen a una jornada laboral normal (de ocho horas diarias). Todo son beneficios. Aunque se olvidan de comentar lo más importante: es un timo.