El urbanista Jeffrey Raven | Jaume Morey

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El Col·legi Oficial d’Arquitectes de les Illes Balears (COAIB) acogió este martes un debate sobre el diseño urbano sostenible y resiliente de la mano del urbanista y arquitecto Jeffrey Raven, académico del New York Institut of Technology. El trabajo investigador de Raven se centra en proyectos de diseño urbano internacionales de Estados Unidos que se aplican en el Golfo Arábico, India, Sudeste Asiático, Europa del Este, África con bajas emisiones de carbono, resiliencia climática, edificios verdes y crecimiento inteligente.

¿Cuáles son los temas que ha tocado en esta conferencia?
Está la relación entre la investigación práctica en el diseño urbano. Hemos llevado a cabo bastantes proyectos en ciudades del Mediterráneo y del Medio Oriente, donde se dan temperaturas extremas.

¿Cómo se pueden aplicar sus investigaciones en la ciudad?
El trabajo de la investigación climatológica consiste en aplicar las realidades de las ciudades antiguas a las nuevas urbes aprendiendo de la investigación para el diseño urbano.

Lleva dos década investigando sobre la resiliencia de las ciudades, ¿qué previsiones maneja?
Como arquitecto me he dado cuenta que desde la práctica arquitectónica el diseño urbano no atendía a los cambios que se estaban produciendo. Por eso cambié hacia el ámbito de la investigación: para dirigir la práctica de la investigación climática.

¿Y a qué conclusiones llega?
Nuestra investigación se centra en crear prototipos de diferentes ciudades. No se trata de hacer un plan general para todas las ciudades, sino en crear zonas específicas. Trabajamos con dos variables: en una de ellas, no hacemos nada para detener el cambio climático. Ahí preveemos que se incrementa la densidad de la población porque así se está produciendo en las ciudades de todo el mundo. Y entonces se da una paradoja: tenemos una ciudad más densa, más calurosa y más húmeda. Es un escenario de desastre en el que las ciudades están abarrotadas con episodios de inundaciones.

¿Cuál es la otra previsión?
El buen urbanismo contempla el desarrollo de ciudades compactas y densas, frente al modelo de expansión por el territorio. La base de un buen plan es una ciudad compacta y caminable, que sabe optimizar los servicios y los equipamientos. La paradoja es que en esas ciudades compactas y verdes, las temperaturas son más soportables. Aquí es donde entran en juego los urbanistas.

En Baleares se prevé un alza de la población del 60 por ciento desde 2004 hasta 2040. ¿Cómo podemos caber todos?
Aquí es donde aparece la planificación tridimensional, en altura y con densidad para liberar el territorio. Otra cosa es la voluntad política y que haya una investigación en referencia al cambio climático. El papel del arquitecto y del diseñador urbano es explicar su trabajo para encontrar soluciones y ahí está el papel de las universidades y los colegios profesionales.