De izquierda a derecha, Maria Llull, María Frontera, Pedro Mas, José Luis García, Maria Gibert y Margalida Ramis. | Jaume Morey

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Puntos de encuentro y de fricción en el I Congrés de Turisme de la Societat Civil, en una jornada en la que sobresalió la exposición en voz alta de las flaquezas del hasta no hace tanto incuestionable modelo turístico de Baleares. La iniciativa, que nació antes incluso que el Pacte per a la Sostenibilitat del Govern, sirvió para reunir voces antagónicas en un mismo debate que nunca antes habían compartido espacio. Dirigentes políticos de izquierda y derecha, ecologistas y hoteleros, clase trabajadora y alquiler turístico... Todos comparten que Baleares ha rebasado los límites del crecimiento turístico en volumen, pero se mantienen las divergencias en torno a la dimensión y causas del problema o sus posibles soluciones.

La presidenta del Fòrum, Joana Maria Palou, inauguró el congreso para dar paso a la secretaria de Estado de Turismo, Rosario Sánchez, quien reivindicó la instauración en su día de la ecotasa, «que nació precisamente para compensar las externalidades negativas del turismo, no para regular la demanda». En relación a la jornada de debate, Sánchez valoró el momento de reflexión que vive Balears como «una ventana de oportunidades única».

El siguiente turno fue para la presidenta del Govern, Marga Prohens, quien admitió que «lo que hemos perdido es la rentabilidad social del turismo» y que «ya no se puede crecer más en volumen». Al hilo de esas consideraciones, Prohens subrayó que «es imprescindible escuchar a la ciudadanía» y se comprometió a integrar las conclusiones que salgan del congreso en la Mesa del Pacto por la Sostenibilidad.

Una de las voces más contundentes sobre la obsolescencia del modelo turístico fue la del profesor e investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Fernando Valladares, quien remarcó que «hay mucho que ganar con el decrecimiento y dos cosas claras: que es inevitable y que trae prosperidad». Entrevistado por la periodista y moderadora Maria Llull, Valladares insistió en que «la auténtica prosperidad solo es posible con decrecimiento económico», al tiempo que aplaudió iniciativas para la búsqueda de espacios de reflexión y de soluciones. «De nada nos va a servir una sociedad exasperada o refunfuñona», señaló para poner en duda que la riqueza que genera el turismo repercuta de manera proporcional en sus ciudadanos. «Que la riqueza fluye hacia abajo es una leyenda urbana: es una riqueza falsa porque los inversores están muy deslocalizados, lo que sí que se queda seguro es el impacto».

El investigador del CSIC interpeló a los poderes públicos para instarles a poner coto en el sector aeronáutico. «El mercado no puede regular los precios de la aviación», señaló para abogar por la implantación de un PVP en el kilómetro de aviación, «igual que lo tienen el pan o los libros». Con respecto al decrecimiento turístico y económico, Valladares abogó por programar una desescalada en vez de esperar a que esta sea sobrevenida, como en el caso de las recesiones económicas. De la primera manera, «se puede prevenir y preparar medidas de compensación», aunque para ello, «se requeriría cambiar las constituciones de los estados, que anteponen el crecimiento económico a la salud del ciudadano».

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En la mesa de debate posterior, moderada por Llull, fue Margalida Ramis, portavoz del GOB y representante del Fòrum de la Societat Civil, quien concentró los aplausos del público con observaciones como la de que «uno de los indicadores más fiables» sobre la saturación que padecen las Islas «es el malestar en las calles».

Ramis hizo esta aseveración en respuesta a la presidenta de la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca (FEHM), María Frontera, quien reclamó la recopilación de «indicadores y datos rigurosos» antes de abordar posibles soluciones al problema de la saturación.

Asimismo, Ramis se refirió también a la supuesta «falta de gestión» durante años que Frontera había señalado como parte del problema. «No se ha gestionado mal, se ha gestionado con una intencionalidad muy clara para hacer de Balears un laboratorio de experiencias turísticas: cuando se ha agotado el sol y la playa nos hemos inventado el turismo gastronómico o el turismo espiritual en Lluc»; para Ramis, «la inventiva solo ha tenido lugar en las estrategias de diversificación turística».

Por su parte, la gerente de la patronal del alquiler turístico, Maria Gibert, señaló que «las alternativas para explorar el monocultivo turístico no se han explorado hasta ahora», y se mostró partidaria de «hacer un esfuerzo por decrecer». No obstante, matizó que ese decrecimiento «debería ser equitativo para todos y hace tiempo que solo recae en un segmento alojativo que es el nuestro». Pedro Mas, director de Turisme del Consell de Mallorca, reconoció que «ahora mismo ya no nos sentimos visitados, sino invadidos» y señaló que a la saturación contribuyen también los amigos y familiares que invitan los residentes, reflexión que suscitó un murmullo de desaprobación entre el público. «Todos los que estamos aquí sentados recibimos cada verano a familiares y amigos en nuestra casa», señaló Mas en referencia a las molestias por las maletas entrando y saliendo de las viviendas.

Por último, desde CCOO, su secretario general, José Luis García, se centró en la necesidad de dar más y mejor formación a los trabajadores de un sector que apuesta por cobrar más por su producto y justo en una comunidad donde sube el abandono escolar. En este contexto, «las subidas salariales son una prioridad para que se pueda dar esta transformación».