La presidenta del WTTC, Julia Simpson. | Jaume Morey

TW
17

Como presidenta del Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC), Julia Simpson, mantiene un estrecho contacto con el sector y es plenamente consciente de los debates que está suscitando a nivel global. Muchos de ellos, confirma, un fiel reflejo de los que ocupan a los ciudadanos baleares.

Regresa a Mallorca en un momento de alzamiento social. Raro sería que no se topara con alguna movilización contra la saturación.
Hay que respetar esas voces. Es muy importante que la comunidad tenga su voz y que esta sea escuchada. Pero al mismo tiempo hay que recordar el valor que trae este sector. Por ejemplo, el casco antiguo de Palma estaba muy decaído y el turismo ha dado los bienes para restaurarlo. Estamos aflorando ciertas preocupaciones ahora y primero hay que entender lo que está pasando para darle solución.

¿Cuál es su consejo para lidiar con las creciente tensión social que suscita la actividad turística?
Hay que seguir trabajando mano a mano con las comunidades y que haya un diálogo con la gente local para saber qué sienten y cómo les afecta, entender qué es exactamente lo que les está afectando: si es que hay mucha gente por la calle, el acceso a los servicios, la congestión en las carreteras…

¿Medidas prácticas? Conoce muchos ejemplos internacionales.
Una posible solución es tener una temporada más extensa, cosa factible con el buen tiempo que hace la mayor parte del año. Diversificar el tipo de turista o aumentar la categoría de los hoteles, con lo que vendría gente con más dinero pero tal vez menos cantidad. Algo que han hecho en Venecia es reducir el tamaño de los grupos con guía para reducir molestias a los vecinos. En Dubrovnik acordaron con las compañías de cruceros número de visitas y de visitantes. Barcelona y la Sagrada Familia son otro buen ejemplo con un sistema de reserva online para monitorizar las entradas.

¿Qué previsiones maneja a nivel global para este año?
A nivel mundial el turismo va a estar valorado en más de once trillones de dólares y va a dar empleo a 348 millones de personas, lo que constituye más de la población de EE.UU.

La reincorporación de China, con todo su peso como emisor y como receptor, va a ser clave.
Desde luego, porque el mercado chino representa el 15 % de todo el gasto mundial en el turismo. También India es un país que está creciendo muy rápido. hay muchos países en el continente asiático que están invirtiendo mucho esfuerzo y dinero en desarrollar el turismo, como Arabia Saudí. Es una manera de diversificar su propia economía. Las regiones que en el mundo están creciendo más rápido en ese sentido son Asia-Pacífico y Oriente Medio. Mercados más maduros como EE.UU. y Europa crecen también, pero no al mismo ritmo.

Es decir, que el turismo va a seguir yendo como un cohete y las cifras de viajeros subiendo.
Sí, porque viajar va a seguir una prioridad para los consumidores. Después de haber estado encerrados y haber perdido un derecho básico, todo el mundo quiere viajar por encima de adquisiciones materiales: menos cosas y más experiencias. En realidad no sabíamos si el ansia por viajar iba a empezar a decaer este año, pero estamos justo lo contrario. Se prevé que el turismo aumente un 3,7 % su contribución al PIB mundial, lo cual está bastante por encima del crecimiento del PIB mundial en sí, en torno al 2%.

Y eso a pesar de que las empresas del sector siguen quejándose por la falta de mano de obra.
La falta de personal es un reto para Europa y para EE.UU, pero es un problema que no existe en Asia. Allí tienen una poblaciones muy jóvenes y también reciben a mucha gente que viene de fuera y que asume tareas que quizá el local no quiere hacer. Por otro lado, parte de lo que ha pasado aquí se explica con la pandemia, cuando el turismo resultó uno de los sectores más afectados: muchos trabajadores decidieron entonces jubilarse o mudarse a otros sectores y todavía estamos haciendo un trabajo de catch up para ir recuperando a toda esta gente.

¿Ha cambiando la manera de viajar?
La manera de viajar y de elegir lugares van a cambiar. Netflix y la TV y el cine en general están afectando esas elecciones. Mucha gente está ya yendo a los mismos lugares en base a una promoción que se hace desde la industria audiovisual. Pasó por ejemplo con París, que fue una locura después de la serie Emily in Paris.