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Los visados de vivienda plurifamiliar experimentaron un ligero repunte en el primer semestre de 2024, aunque ello no necesariamente se tradujera en una mayor salida de inmuebles a precio accesible. Según el presidente del Colegio de Aparejadores y Arquitectos Técnicos (COAAT) de Mallorca, Luis Alfonso de León, «estamos sufriendo una anomalía o desgracia que es que todo el producto que sigue saliendo al mercado, sean viviendas unifamiliares o plurifamiliares, es producto de lujo».

Según las estadísticas del COAAT, en el primer semestre se visaron 986 nuevas viviendas, de las cuales 4334 fueron plurifamiliares y 552 unifamiliares (aisladas o adosados). Estas cifras suponen un incremento del 1,4 % en el caso de la primera tipología y un descenso del 7,2 % en el caso de la segunda. Aunque tradicionalmente se asocia el producto de lujo a la vivienda unifamiliar, los aparejadores aseguran que «lujo» es una categoría o definición aplicable prácticamente a toda la obra nueva en Baleares: por las calidades de los materiales, mayores que en el pasado, y por el propio encarecimiento de los mismos materiales; por los acabados y los niveles de confort, además del plus de calidad en algunos elementos como la domótica... «Incluso la vivienda más normal ha subido esos estándares», señala el secretario técnico del COAAT, Mateo Moyà.

La propia ubicación de la vivienda -si es más o menos privilegiada al estar cerca del centro, en un barrio de nivel, tener vistas al mar, etc.- es señalado como otro factor de encarecimiento, aunque se reconoce que toda Mallorca y por extensión el Archipiélago es ya de por sí una ubicación privilegiada que engorda de salida el precio de toda vivienda.

Ante esta situación, el COAAT propone impulsar medidas prácticas que contribuyan a equilibrar un mercado distorsionado e insta a la clase política a «tomar decisiones arriesgadas». En ese sentido, abogan por dar un mayor impulso a la reconversión de locales en viviendas, medida ya prevista en el decreto ley de medidas urgentes para facilitar el acceso a la vivienda. Aunque un efecto secundario no deseado es que «ahora los locales han subido su precio».

Asimismo, insisten en que la seguridad jurídica para el pequeño propietario favorecería la salida al mercado de mucha vivienda de alquiler que reduciría la presión sobre la obra nueva. «Habría mucha más vivienda de alquiler en oferta si el propietario tuviera mayor seguridad y garantías: hay que proteger al pequeño propietario para facilitar el mercado del alquiler», asevera De León.