Antoni Riera, director de Impulsa Balears, en un auditorio ante diferentes empresarios.

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Las empresas de Baleares recuperaron definitivamente el ritmo normal de capitalización de su actividad en 2022 después del golpe que supuso la pandemia: la rentabilidad se duplicó ese año y regresó a sus ratios habituales, con las empresas subidas a una ola de crecimiento económico y de paso manteniendo a raya el endeudamiento, el cual dejó de comprometer la capacidad de respuesta financiera.

Así lo pone de relieve el último informe de Impulsa Balears, que sitúa en un 6,1 % el índice de rentabilidad económica en 2022 (año con los últimos datos disponibles), el doble que en 2021 (3 %) y prácticamente clavando la tasa de 2019 (6,2 %). El lapso que supuso la COVID y el efecto rémora sobre la rentabilidad de las empresas baleares, por tanto, se extendió únicamente a 2020 y 2021, los dos años de apogeo del coronavirus. Además, la tasa de rentabilidad financiera llegó en 2022 al 11 %, por encima tanto de la de 2023 (4,6 %) como de la de 2019 (10,9 %).

El informe concluye que, de esta manera, el tejido empresarial ha logrado mantener el control de su liquidez y de su solvencia. El director técnico de Impulsa Balears, Antoni Riera, asegura que «las empresas de Balears están en condiciones de abordar estrategias ambiciosas que requieren de un intenso esfuerzo en inversión desde hoy mismo y en los próximos diez años».

Esa inversión, asevera Riera, debería orientarse hacia la «creación de valor a largo plazo» y para «asegurar la capacidad de dar respuesta a los retos y oportunidades globales como el cambio climático, la descarbonización o la revolución tecnológica».

¿Y cómo se genera valor a largo plazo? La receta de Riera pasa por la incorporación de políticas de sostenibilidad en la actividad empresarial, lo cual equivale a «fijar y perseguir un propósito de impacto positivo». Así, asevera que introducir prioridades estratégicas en materia ambiental, social y de buena gobernanza permite ganar resiliencia y generar mayores ingresos, además de ayudar al conjunto del Archipiélago a «remontar su posición en el entramado regional europeo».