Constantino ha invertido más de quince años de su vida en localizar a los parientes de su bisabuelo, Agustín Fuster Bonnín, de Esporles.

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Constantino Álvarez Fuster, nacido en Guadalajara, México, en 1953; tiene dos adicciones puras, su interés por los datos y el amor a su familia. Esas dos pasiones, unidas durante más de quince años, le han permitido sacar adelante una impresionante y exhaustiva investigación en la que ha descubierto que Agustín Fuster Bonnín, nacido en Esporles en 1829, era su bisabuelo mallorquín.

Esta es la partida de nacimiento de su bisabuelo, en la que puede leerse 'Esporles'

Una historia que ya ha empezado a convertir en novela y que requiere avanzar al siguiente capítulo; por lo que Constantino quiere compartir en Baleares su investigación para lograr así más pistas de los familiares descendientes de Agustín Fuster Bonnín, un 'xueta' lleno de historias, aventuras y también secretos, ya que, al parecer, habría llegado a México sin decir siquiera que su origen era mallorquín. «Ni siquiera sabíamos que éramos de Mallorca, mi bisabuelo ocultó su pasado por alguna razón, seguramente por la discriminación que sufrió al ser xueta en la isla», cuenta el investigador.

Revisando archivos en la Sociedad Histórica

Y no sólo porque haya dedicado una gran parte de su vida a saber qué ocurrió con su familia. Constantino estudió Ingeniería Química y realizó un doctorado en Francia sobre la investigación en el diseño químico; desde ese momento no pudo parar. «Me encanta investigar, en general, lo uní a entender las historias de mis familiares; mi abuela, por ejemplo, fue expulsada de Gibraltar cuando se tomó el Peñón. Son cosas que pueden parecer muy lejanas pero no lo son tanto, quiero saber la verdad sobre mis familiares», narra emocionado.

Su objetivo es muy bonito. Su madre acaba de cumplir 98 años y «gracias a Dios se encuentra muy bien, por eso quiero organizarle el centenario en Mallorca, viajar todos juntos desde aquí y reunirnos con los descendientes que consiga localizar de su abuelo, de sus hermanos, me encantaría, por eso pido colaboración desde aquí».

Lo cierto es que la historia familiar es, cuánto menos, espectacular. Todo comenzó cuando, tras morir su padre, se enfrentó a sus documentos íntimos y encontró varios de la familia paterna; de ahí paso a la materna. Indagó sobre el apellido histórico 'Fuster' y descubrió que formaba parte de la historia de Mallorca y de los quince apellidos de los 'xuetes'. El primer documento histórico que localizó fue la Fe de Bautizo de su abuelo Agustín, y en ella constaban los nombres de sus padres, los bisabuelos de Constantino, Agustín Fuster y Josefa Figueroa:

Y tal como él mismo escribe en la novela en la que está trabajando, «entonces comenzó la verdadera búsqueda». Abrió una cuenta en Family Search, la organización de los mormones de Salt Lake City con la mayor colección de documentos microfilmados, comenzó a buscar, aunque, según él mismo explica, al principio «ni es fácil ni evidente». Buscó ayuda por la red y encontró los servicios de una genealogista que «por las módicas cantidades de 195€ y 595€ me proporcionó un documento interesante para continuar el rastro de mi familia y algunos datos sobre ellos ubicados en Barcelona», cuenta.

TRANSCRIPCIÓN DEL DOCUMENTO:

El día 7 de octubre de 1872 se casaron y velaron en faccie Iclesia con arreglo el Santo Concilio de Trento ritual romano y manual toledano en la Santa Iglesia Parroquial de San Juan Bautista de Tabasco, Obispado de Yucatán Agustín Fuster Bonnin natural de Barcelona de España y vecino de esta ciudad viudo de ¿María? Gutiérrez Narvaez sepultada en Laguna del Carmen con Josefa Figueroa, hija de José y de Patricia Balboa. Yo el Presbítero Manuel Gil cura de esta parroquia y vicario de esta bendije este matrimonio, siendo sus padrinos Amalio Figueroa y Patricia Figueroa y para que conste lo certifico y firmo.

Cuando la mujer le pidió más dinero, decidió no seguir con ella y realizar un viaje por sí mismo hacia todas las pistas que tenía, en Sevilla, en Barcelona, y también en Mallorca. Comenzó su viaje por la costa catalana y mientras tanto contactó con diversos expertos en historia de las islas y de los xuetes de Baleares.

Constantino pasaba las primeras horas del día en el archivo y luego aprovechaban para hacer turismo por la ciudad de Barcelona junto a su mujer

Viajó a Mallorca para seguir los indicios y reunirse con los expertos a los que había consultado, aterrizó el 11 de abril de 2016 y su primer destino fue la Parròquia de Santa Eulàlia, «la parroquia xueta por excelencia»; aunque allí le informaron que todos los documentos se encontraban en el Bisbat de Mallorca. Volvió a dedicar parte de las mañanas en la búsqueda incesante de microfilms con información útil. Se reunió con expertos e investigó en mitad de una maraña de apellidos en la que era «muy habitual encontrar un Fuster Fuster, o tres Aguiló Bonnín, se repetían mucho los nombres porque se casaban entre ellos o eran familia; había que chequearlo todo, uno a uno».

La ayuda de la Doctora Picornell, Cori Ramón y Bernat Aguiló, ha sido inestimable para él. Aquí en la cafetería de la Universitat de les Illes Balears.

Constantino revisó cientos de documentos en el Arxiu Diocesà del Bisbat de Mallorca

Muchos meses después, ya de vuelta en México y gracias a un estudio que estaba realizando la doctora Antonia Picornell sobre el ADN de los xuetes, le cogió una muestra de saliva a su primo y enviándosela a la doctora, logró demostrar el origen real de los 'Fuster' mexicanos, y sobre todo consiguió confirmar que Agustín Fuster Bonnín, de profesión dentista o sacamuelas como explica Constantino en aquel momento de la historia, era su bisabuelo y era de Mallorca.

No cejó en su empeño, ni con el paso de los años, y continuó investigando todos los flecos abiertos de los familiares dispersos por diferentes regiones mexicanas. Dato a dato, nombre a nombre, historia tras historia e incluso una leyenda familiar en la que decían haber rescatado a dos hermanos en un barril en mitad del mar tras un naufragio; eran su bisabuelo y su hermano. Y hasta logró confirmarlo con otro documento histórico.

En este documento, Constantino localiza que su bisabuelo naufragó y fue recogido en el 'Adelaide', donde consta como el viajero Augustin Fusters

«Tienes que tener mucha paciencia, los avances van muy de a poco, hay que dedicarle muchísimo tiempo, te pasas temporadas sin nada y de repente, sale algo», explica Constantino. La hazaña histórica lograda es realmente imponente y no quiere acabarla. De ahí, el llamamiento que hace a la sociedad mallorquina para continuar su búsqueda y cumplir así el sueño de su madre, Caridad Fuster Guzmán.

El posible retrato de su bisabuelo, Agustín José Ignacio Antonio Fuster Bonnín

Nace en Esporles el 6 de noviembre de 1829, hijo de Juan Fuster Aguiló y Margarita Bonnín Aguiló, casados en 1824. Tenía una hermana mayor, Paula que nació el 23 de julio de 1825 y después vendrían otros hermanos, Juan en 1831, José el 23 de marzo de 1832 y Margarita el 27 de octubre de 1835. Su madre nace en 1801 en Campanet y su padre en 1799 en Esporles. Agustín y José se embarcan a América posiblemente huyendo de la discriminación y persecución a los xuetes. Tras el naufragio y un episodio en una prisión inglesa, llegaron a Nueva York el 30 de agosto de 1849. Allí aprendió el oficio de dentista. Los dos hermanos se separan y abandonan los Estados Unidos, uno acaba en Paraguay, Agustín en México. Llega a Tabasco y en 1866 tiene una hija, con su primera mujer María Gutiérrez Narváez. Al fallecer ella, el 7 de octubre de 1872, se casa con Josefa Figueroa Balboa en Villahermosa. Adoptan a Margarita Fuster y tienen seis hijos más. Muere inesperadamente el 1 de febrero de 1889.

Caridad, su madre, ha cumplido 98 años y se encuentra muy bien de salud; por lo que su hijo quiere traerla de viaje a Mallorca

Una historia que, sin el esfuerzo de Constantino y su familia, sus búsquedas, su inversión económica, sus viajes, sus angustias, impaciencias y frustraciones, no habría visto jamás la luz. Ahora, el mundo entero tiene la oportunidad de conocer a Agustín Fuster y su bisnieto, de localizar a los familiares de su madre para regalarle la mejor fiesta de un centenario cumpleaños jamás vista.