Un grupo en clase junto a la fisioterapeuta Bárbara Berchnt. | Teresa Ayuga

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El Col.legi de Fisioterapeutes de les Illes Balears, junto con el IME y el Ajuntament de Palma, están haciendo unas sesiones de Terapia Acuática para mujeres que han pasado el cáncer de mama y requieren de rehabilitación. El IME aporta la instalación, el polideportivo municipal Germans Escales, y el Consistorio los materiales que se emplean para las clases. El Col.legi facilita, por su parte, a la fisioterapeuta para las clases. El cartel de promoción de este programa lo explica de la siguiente manera: «Es un programa de ejercicio terapéutico en el medio acuático para mujeres que han sufrido mastectomía total y parcial y en especial para aquellas personas que hayan padecido o padezcan de linfedema».

El programa, que ya está completo, realiza una valoración de cada persona al inicio y al final para ver cómo ha ido avanzando. El próximo octubre se abrirán nuevas plazas para el siguiente curso, que empieza en enero y para apuntarse hay que hablar con los fisioterapeutas.

«El objetivo es ir expandiéndolo por toda la isla y que la gente no tenga que desplazarse mucho para hacer este tratamiento», comenta Bárbara Berchnt, una de las fisioterapeutas del programa. «Este proyecto empezó en 2009, pero se paró. Ahora con el cambio de Govern lo intentamos y ha salido bien», añade otras de la fisios que se encarga de coordinar las sesiones.

Las mujeres que participan han pasado por esta enfermedad y a muchas les sirve de gran utilidad. «Me sirve para salir del ciclo de médicos y despejarme un poco de todo», dijo una. «Cuando salgo de trabajar vengo con muchas ganas», comentó Ana María antes de meterse en el agua para empezar su cuarta sesión de rehabilitación.

Madre e hija

Cada mujer esconde una historia particular sobre cómo han afrontado la enfermedad. En la segunda clase están una madre y su hija. Ambas han pasado por esto. «Preferiría haberlo pasado mucho peor yo a que lo pasara ella», dice la madre. «No quería contárselo a mi madre. Se lo dije el día antes de entrar a la quimio», comenta la hija emocionada.

Para ellas no ha sido nada fácil pasarlo ya que algunos de su familia también han sufrido enfermedades graves. «No podía estar mi madre conmigo y mi hermano me ha apoyado», añade la hija, que además comenta que su hijo, a los tres meses, se fue de Erasmus: «No quería que parara su vida por esto». «Es una enfermedad muy cara y las ayudas que hay son una vergüenza. No nos ayudan nada», comenta Antonia enfadada. Pero no lo piensa ella sola, lo confirman varias.