Un autobús del TIB en una de las estaciones de la ITV. | CONSELL DE MALLORCA

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El Consell de Mallorca ha aprobado este miércoles en su Consejo Ejecutivo adjudicar el nuevo contrato del servicio de Inspección Técnica de Vehículos (ITV) para los próximos dos años, por un importe de 33,7 millones de euros. El nuevo contrato se ha impulsado con el fin de «reducir al máximo las listas de espera» en los próximos años y mejorar el servicio a los ciudadanos de Mallorca, según ha explicado la institución insular en un comunicado.

En concreto, la nueva adjudicataria, Estación ITV Vega Baja, tiene la obligación de aumentar en 100.000 las inspecciones anuales, pasando de 402.000 revisiones de ITV a 502.000 en los próximos dos años.

Asimismo, el nuevo contrato prevé abrir la nueva estación en el polígono de Son Bugadelles de Calvià, que hará 9.000 inspecciones mensuales a partir de octubre. Todo ello será posible gracias al aumento de la plantilla con hasta 55 trabajadores nuevos, de los que 30 serán para la nueva estación de Calvià y el resto se repartirán por las estaciones de Palma, Inca y Manacor. La nueva adjudicación será definitiva una vez supere el periodo de 15 días que da la Ley para presentar alegaciones.

El Consell de Mallorca ha resaltado los «importantes esfuerzos» que ha hecho durante el último año para reducir la lista de espera, entre los que ha destacado la prórroga del contrato de la estación móvil de Calvià, que había orden de cerrarla en junio de 2023, y eso, destacan, hubiera supuesto dejar sin hacer más de 4.000 inspecciones mensuales.

Asimismo, se ha abierto algunos meses durante los fines de semana, con la finalidad de agilizar las inspecciones. Ahora, con el nuevo contrato, se espera que el servicio tenga mucho menos días de espera para pasar la revisión técnica de los vehículos.

Otra de las mejoras que incorpora el contrato nuevo es que en las cinco estaciones de ITV se incorpora el sistema de evaluación de frenada F-Brake para vehículos industriales, buses y camiones. Hasta ahora estos tipos de vehículos tenían que pasar la inspección cargados, para medir la frenada y ahora no será necesario. «Esto supondrá reducir el tiempo de inspección y suprimir molestias a los profesionales del transporte», han alegado.