Pedro Francisco Gil, propietario de la empresa de alquiler Sin Rumbo Mallorca y presidente de la Asociación de Chárter y Actividades Subacuáticas Islas Baleares. | P.F.G.

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El sector del 'chárter' ha mostrado este jueves cierta indignación tras el lamentable y viral episodio que tuvo lugar en aguas de Mallorca y en el que cuatro jóvenes estuvieron muy cerca de hundir una embarcación de alquiler. Finalmente fueron rescatados por un yate de bandera alemana y remolcados hasta el Puerto de Andratx. «En caso de hundimiento, la fianza nos sirve de poco…», asegura Pedro Francisco Gil, propietario de la empresa de alquiler Sin Rumbo Mallorca y presidente de la Asociación de Chárter y Actividades Subacuáticas Islas Baleares.

Por el momento se desconoce si el alquiler de la embarcación se realizó a través de una empresa profesional o con un alquiler privado, pero las empresas de la zona creen que se trata de un arrendamiento de embarcación no profesional. De hecho, Pedro Francisco Gil cree que la falta de profesionalidad en la entrega pudo en parte propiciar la temeraria actitud que luego tuvieron los tripulantes en alta mar: «Al igual que ellos se lo tomaron a cachondeo se nota que quien les alquiló este barco no sabía lo que hacía: parece que ni les dio las indicaciones suficientes ni les concienció de la responsabilidad que tenían».

«Yo siempre le digo a todos mis clientes que tienen la obligación de sentarse atrás cuando navegan, porque lo que les pasó es que les entró una ola por la proa. A ellos les entraba agua y seguían dos personas en la proa riéndose», asegura. Este empresario del Puerto de Andratx también señala que puede que la embarcación no estuviera preparada para el peso de la tripulación y que cuando se encontraron en problemas parece que no se activó ningún protocolo de emergencia: «Yo siempre tengo una embarcación auxiliar para si hay que salir a ayudar a algún cliente, por cualquier cosa que les pueda pasar. Además todos mis barcos tienen GPS y sé donde están. Esa es la diferencia de hacer las cosas bien a lo que pasó. El barco ya no se hunde».

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Preguntado sobre el consumo de alcohol de los tripulantes, el presidente de la ACASIB explica que en su caso particular, en la empresa de alquiler Sin Rumbo Mallorca, tiene fijado «por contrato» que está «prohibida la entrada de bebidas alcohólicas» a las embarcaciones de su empresa. «Perderé clientes pero son clientes que buscan un servicio que yo no doy. A veces hay que filtrar, a mi cuando me llaman y me preguntan: ‘¿Cuánto corre?’, les digo que está todo ocupado. Para mí, prioriza la seguridad», concluye.

- «Para terminar, ¿Qué pasaría si estos cuatro jóvenes hunden un barco que han alquilado en su empresa?»

- «Es una pregunta difícil y una situación complicada. En caso de hundimiento, la fianza no sirve de mucho. Al fin y al cabo, esto es un herramienta de trabajo y te arruinan la vida. Creo que exigiría el precio total de la embarcación y reclamaría la cantidad que pierde la empresa por no poder dar ese servicio. Contrataría a un abogado especialista», responde.