Nave de Princesita Hostelería en el Polígono de Son Castelló. | M. À. Cañellas

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La noticia del cierre de las tiendas Princesita de Palma ha ocasionado confusión entre algunos clientes de Princesita Hostelería, detrás de la cual se encuentran Carlos Alberto Cortina y su madre, María Purificación Saiz, propietarios del grupo empresarial familiar que en el año 2009 adquirió la división de hostelería de la cadena que presidía Pau Bellinfante, propietario actualmente solo de las tiendas Princesita de Palma. Ante ello, desde Princesita Hostelería se quiere tranquilizar a los clientes profesionales de la empresa y confirmar que no son ellos los que cierran.

Princesita Hostelería es un referente, primero en el mercado balear y con el tiempo con un alcance internacional, en el suministro al por mayor de textiles para hostelería, hoteles y restaurantes, pero también clínicas. La empresa coordina todos los aspectos de la cadena productiva y logística, desde la fabricación, hasta la entrega o instalación

Así, explica Carlos Alberto Cortina, «desde hace quince años caminamos por separado de las tiendas Princesita, que abastecen solo a clientes particulares, y nosotros no solo no cerramos sino que estamos en medio de un proceso de ampliación y expansión en América, donde ya tenemos presencia, concretamente en Punta Cana». A nivel estatal, además de en Mallorca, también están implantados cerca de Barcelona.

Princesita Hostelería es, por tanto, una empresa completamente independiente de las cuatro tiendas Princesita de Palma y, de hecho, es la propietaria de esta marca. En el momento de la venta, en el año 2009, explica Cortina, «se llegó a un acuerdo de explotación del nombre comercial por el que se cedió a Bellinfante el uso de la marca Princesita, de la que puede hacer uso solo para las tiendas al por menor».