Trueworld, a través de su iniciativa Love the Mediterranean, ha presentado el Estudio de impactos de las presiones humanas en la bahía de Palma. Trueworld ha realizado este trabajo con motivo de las 40 y 41 ediciones de la Copa del Rey Mapfre de Vela, que corresponden a las celebradas el año pasado y el anterior. Así, la organización analiza estos impactos a nivel general y de la propia regata en particular. En la edición de este año de la Copa del Rey de Vela, se ha continuado con esta labor.
El trabajo menciona que en la bahía de Palma «los macroplásticos consistían principalmente en fragmentos, mientras que los microplásticos estaban compuestos mayoritariamente también por fragmentos y fibras. Se observó un incremento de microplásticos y macroplásticos durante la regata, cuyo origen y composición demandan un análisis más exhaustivo».
Aun así, el estudio de Trueworld señala que «la campaña de muestreo proporcionó datos que evidencian un estado general de las aguas costeras de la bahía de Palma que oscila entre bueno y excelente».
No obstante, el trabajo identificó «tres puntos de posible contaminación (emisarios de depuradoras y puntos de descarga de agua dulce) que requieren una investigación mucho más detallada por su potencial influencia en la calidad del agua de la zona portuaria y de toda la bahía de Palma».
En relación a la contaminación acústica, no se observaron variaciones significativas en sus niveles de antes, durante o después de las regatas. Esos niveles se mantuvieron por debajo de los umbrales considerados perjudiciales para la fauna marina.
Sobre la calidad del aire en las proximidades del Reial Club Nàutic de Palma, el estudio afirma que «se cumple con los estándares normativos vigentes y con los niveles de contaminantes atmosféricos: óxidos de azufre, óxidos de nitrógeno, monóxido de carbono, ozono y partículas en suspensión. Estos niveles se mantuvieron por debajo de los límites establecidos durante la mayor parte del día, exceptuando algunos picos puntuales potencialmente relacionados con el tráfico urbano y la entrada y salida de cruceros. Los datos de los observatorios públicos sugieren que el tráfico de grandes buques, como cruceros y embarcaciones de carga, constituye la principal fuente de contaminación atmosférica en la bahía».
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