Le Senne y Prohens, en una imagen de archivo. | Miquel Payeras

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«Doy por hecho que la decisión de Vox de romper los acuerdos implica la renuncia a la Presidència del Parlament»: Marga Prohes, 12 de julio de 2024. Cuarenta días después de que la presidenta del Govern pronunciara esta frase, las cosas no parece que estén tan claras. Ha habido un cambio de discurso del PP hacia Vox, que se ha ido verbalizando en las palabras del portavoz del PP, Sebastià Sagreras, o en las del vicepresident del Govern, Antoni Costa. El elocuente silencio de la presidenta del Govern sobre este asunto, 40 días después de aquellas primeras declaraciones, no es más que la convalidación de que esos matices de sus máximos colaboradores van por buen camino. Ni Sagreras ni Costa hablan si no es por boca de Prohens y eso nadie lo duda.

Es cierto que la presidenta del Govern nunca pidió de forma expresa la dimisión de Gabriel Le Senne como president del Parlament, pero en todo momento dio a entender que el único cargo de Vox en la política autonómica debería dimitir. «El señor Le Senne deberá ser consecuente con lo que dijo ayer Santiago Abascal, que ordenó que abandonaran los gobiernos. Aquí no lo había y el único cargo que ostenta Vox es la Presidència del Parlament», dijo Prohens.

En aquella rueda de prensa en el Consolat de la Mar, un día después de que Santiago Abascal dinamitara    de forma unilateral el pacto en Balears por la decisión de Prohens de aceptar a 10 menores migrantes acogidos en Canarias, la presidenta tampoco contestó a la gran pregunta que ha sobrevolado la política balear durante todo este verano y que, cuarenta días después, sigue sin respuesta: ¿apoyará el PP la propuesta de la izquierda para echar a Le Senne en el pleno del próximo 3 de septiembre?

Si la respuesta soto voce era un rotundo ‘sí’ hace un mes, con el deseo del PP de que la salida del president del Parlament se materializara cuanto antes, en estos momentos todo apunta a que el PP está en el ‘no’. En las filas ‘populares’ no ven nada claro qué ganan apoyando una propuesta que ha presentado la izquierda y que entienden que solo beneficia a la izquierda. En términos puramente tácticos, fuentes de la formación inciden en que el PP no gana nada forzando la salida de Le Senne y puede perder mucho.

En estos 40 dias que han pasado, el PP ha ido comprobando cómo la fuerza de esa sonada ruptura unilateral de Vox se ha ido diluyendo, cómo se han ido enfriando las amenazas de bloqueo y cómo, en el fondo, y por mucho que lo diga Abascal, aquí nada ha cambiado en sus relaciones con pacto o sin pacto. Todo sigue igual. El PP seguirá necesitando a Vox para aprobar el techo de gasto, los Presupuestos, el decreto de simplificación administrativa o la ley de vivienda y Vox seguirá necesitando pactar con el PP para hacer ver que sus políticas se cumplen. Ahora mismo se necesitan    y no son nada el uno sin el otro.

Pero en ese cambio de discurso de Prohens también ha influido que el PP se ha dado cuenta que será más facil conseguir sus objetivos manteniendo el statu quo actual. No conviene remover el avispero echando a Gabriel Le Senne y forzando así una ruptura que, en realidad, solo se ha concretado en declaraciones a los medios de comunicación, pero no en hechos. El cambio de discurso del PP con Prohens es manifiesto y la contundencia de las amenazas privadas de aquellos primeros días se han ido suavizando. Y aquí aparece la continuación a la gran pregunta: ¿seguirá Le Senne como president del Parlament? Todo apunta a que sí. A fin de cuentas, ya lo dijo un dirigente de Vox cuando se anunció la ruptura: «Los dos presidentes, Prohens y Le Senne, son hijos del mismo pacto».

El apunte

El silencio de los críticos de Vox durante la crisis

Los tres diputados del sector crítico de Vox, Idoia Ribas, Sergio Rodríguez y Agustín Buades, han permanecido en silencio desde que la formación decidió romper el acuerdo con el PP. Aseguran que votarán para que Le Senne siga siendo el president cuando este asunto se debata en el pleno del día 3 de septiembre.