Los docentes más veteranos, que en los próximos años se jubilan en gran número, ayudan a los más jóvenes. En la foto, un claustro de un colegio | M. À. Cañellas

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Durante los próximos cinco años hasta 1.548 docentes de Balears  podrán jubilarse tras cumplir los 65 años o por el hecho de haber cotizado un mínimo de 30 años, lo cual les da la opción de marcharse un poco antes. Se trata de un proceso de relevo masivo de empleados públicos que afecta a toda España y para el cual la Conselleria d’Educació ya se ha preparado.

«Prevemos las jubilaciones de septiembre y se cubrirán todas las plazas del nuevo curso», asegura el director general de Personal Docent i Centres Concertats, Ismael Alonso, que garantiza la convocatoria anual de oposiciones para dar estabilidad en los centros y no superar el 8 % de docentes interinos, como marca la normativa europea.

Más de un millón de empleados públicos podrán jubilarse en los próximos 10 años, según datos de 2023 publicados por el Instituto Nacional de Estadística. Es un dato que preocupa al Gobierno por el reto de dar continuidad a los servicios públicos. Se perderá una experiencia acumulada, pero también se abre una oportunidad para adaptar las plantillas a las necesidades del siglo XXI.

«Cuando empezamos justo acababa el franquismo y todo estaba por hacer y había muchísima ilusión entre el profesorado», recuerda Xisca Esteve, maestra de Infantil que en septiembre se jubila tras más de 40 años trabajando en varios centros de Calvià. «Nosotros tuvimos que cambiar un modelo de enseñanza, hacerlo de nuevo, pero el reto que tienen los docentes de ahora es enorme: adaptar la educación a la sociedad tecnológica», señala Esteve, que en los últimos años ha dado clase en el colegio de Es Capdellà. Allí han ido acogiendo el relevo generacional, que ve prometedor: «Tenemos maestros veinteañeros que vienen con muchas ganas, y eso aporta mucho al claustro. A nosotros, que tenemos más experiencia, nos tienen al lado, y creo que se está dando con éxito el trasvase de conocimientos», comenta la docente, que rechaza los mensajes apocalípticos sobre el deterioro de la calidad educativa, que mayoritariamente se lanzan desde la política. La realidad es otra, dice.

«El problema es que los niños de 3 años de ahora tienen un nivel de lenguaje inferior a los de hace 20 años por culpa de las pantallas digitales, y eso, a la larga, repercute en su inteligencia. La tableta da recompensas inmediatas, y la vida no es así; provoca que los niños tengan menor capacidad para gestionar la frustración y el esfuerzo», advierte Esteve, que ve vital formarse permanentemente y trabajar en equipo para ser buen docente.

«Vi gente recién llegada muy comprometida y preparada», asegura Manel Suárez, profesor de instituto jubilado en 2021. Está convencido de que el futuro de la educación debe pasar por un pacto consensuado entre los principales partidos para evitar cambios normativos según el gobierno de turno. Además, cree que se tendrían que priorizar los recursos hacia Infantil y Primaria porque en Secundaria «hay mucho más presupuesto y apoyo». Compromiso, respeto al alumno y contacto con la familia «aseguran el éxito escolar», concluye.

El apunte

El Govern quiere evitar otra estabilización masiva al convocar oposiciones cada año

La Conselleria d’Educació encabezada por el ‘popular’ Antoni Vera tiene claro que quiere evitar otra estabilización masiva de interinos como la del año pasado para cumplir con la normativa europea, que impide superar un 8 % del total de la plantilla.

El proceso, impulsado por el anterior Govern del Pacte, ha generado muchas críticas, incluso manifestaciones, entre los funcionarios que se sacaron una oposición y que, al tener menos puntos que los interinos estabilizados con más años de experiencia, tuviron que marcharse de su isla de residencia. Además, muchos todavía no tiene una plaza definitiva pese a aprobar la oposición y están en expectativa por este motivo.