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El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, ha tildado de «energúmeno» al presidente del Parlament de Baleares en el acto de homenaje a Aurora Picornell en la sede de UGT en Palma. Álvarez se ha desplazado a la Isla para participar en este homenaje y en la Asamblea de delegados del sector de la hostelería. En palabras dirigidas a los medios entre ambos actos, el secretario estatal del sindicato ha reivindicado que consideraban que «este era un buen momento para hacer un homenaje a Aurora Picornell y a todos los que han padecido el fascismo y han sido represaliados durante el franquismo», especialmente, destacó, «después del comportamiento de este energúmeno que todavía preside el Parlament de Baleares», en referencia al momento en que Le Senne rompió la foto de Picornell en pleno debate de la derogación de la Ley balear de memoria democrática, hace varias semanas.

«Se está produciendo poco a poco una situación en la que los que no creen en la democracia nos quieren dar lecciones de democracia: la ultraderecha no cree en la democracia en ningún sitio», ha aseverado Álvarez para subrayar que «ellos son los responsables de este clima que se está instalando en nuestro país, con posiciones de ultraderecha que no siempre están en un solo partido».

Inmigración

En ese sentido, ha ahondado en la cuestión del reparto de menas denunciando el «odio hacia los inmigrantes» que se destila desde estos posicionamientos de ultraderecha. «Hay un intento de culpabilizarlos siempre y hay que erradicar eso: los inmigrantes han traído progreso a nuestro país, vienen a ganarse la vida y a cubrir espacios que nosotros no cubrimos, por eso quiero hacer un llamamiento teniendo en cuenta que estamos en Baleares para que todos seamos conscientes de que en algún momento todos hemos sido inmigrantes. Tenemos que pensar en ellos como pensaban en nosotros cuando salimos de nuestra casa», ha sentenciado.

Asimismo, ha calificado de «absolutamente bochornoso» la situación actual con los menas, que achaca a una «falta de decisión, porque el Parlamento no ha querido, para poder situar en nuestro país a los menores no acompañados: hablamos de solo 5.000 menores; eso en España es como una gota de agua en un océano».

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Jornada reducida

Por otro lado, ha entrado en lo que viene siendo y va a seguir como uno de los principales caballos de batalla de los sindicatos esta legislatura, si no el principal: la jornada laboral reducida. «Venimos de un periodo de conquistas importantes, pero ahora la reducción de la jornada de trabajo es una meta fundamental para nosotros: las 37,5 horas semanales es un compromiso electoral del Gobierno, pero que nosotros vamos a convertir en un clamor popular».

Así, Álvarez apuesta por trabajar «para que a partir de septiembre estas cuestiones formen parte del debate cotidiano en todos los centros de trabajo, especialmente en el sector servicios» y critica las voces discordantes al señalar que «aquellos que dicen que se generará un problema de competitividad son los mismos rollos que nos explicaban que la subida del SMI iba a hundir la economía».

En ese sentido, el líder sindical defiende que la reducción de jornada va a ser «un acto de eficacia económica para el país, que funcionará mejor si hay un proceso de reducción del tiempo de trabajo y las empresas invierten más en tecnología».

Futuro del turismo

Finalmente, se refirió a la cuestión de la masificación turística abogando por la convivencia pacífica con los visitantes al tiempo que se trabaja en un cambio de modelo estructural. «No se trata de tener una posición reactiva contra el turismo, que es una fuente de ingresos muy importante para el país, sino de que hay límites, y, por tanto, tenemos que avanzar hacia la calidad y hacia un turismo que sea sostenible, que nos lleve a mejorar los salarios, la formación y las condiciones de trabajo del sector y de servicios desde una perspectiva amplia».

Así, asegura que «vamos a trabajar con mucha racionalidad, intentando que los turistas no se sientan mal en nuestro país, es una cuestión que no tiene que ver con el turista personalmente, sino con el sistema». Y apuntó al hilo de estas reflexiones que «quiero recordar que en Baleares hubo un presidente que perdió la presidencia por la tasa turística».