Imagen de un establecimiento hotelero en el Passeig Marítim de Palma. | F. F.

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Amancio Ortega, el multimillonario empresario gallego, ha adquirido recientemente uno de los hoteles más selectos de Palma, con una de sus habitaciones que se paga a 3.000 euros la noche, más del doble del salario mensual medio en las Islas. Si quisiera, Ortega podría seguir comprando hoteles en las Islas y no parar. Su fortuna, tasada en unos 100.000 millones de euros, le convierte en el hombre más rico de España y el único que podría pagar los 10.371 millones que valen todos los servicios de ocio y hostelería de las Islas. De hecho, no solo podría comprar con su fortuna todos los hoteles de Balears: podría comprar todas las Islas con todo lo que hay construido en ellas si en alguna ocasión se pusieran en venta. Y aún le sobraría dinero.

Balears vale 83.937,4 millones de euros, según los datos del catastro de 2023. Se cotiza al alza y alcanzó el mayor valor de su historia tras subir ligeramente con respecto al año anterior, pero no siempre ha habido tendencias al alza ya que, durante unos años, a partir del año 2013, las Islas comenzaron a perder valor para comenzar a subir a partir de 2016 y situarse en 2023 en la cifra más alta de la historia, esos casi 84.000 millones de euros totales que señala el catastro.

Del total de esa cantidad, más de la mitad corresponde a todo lo construido como vivienda y para uso residencial, un total de 48.868 millones de euros. El catastro señala también el valor de los almacenes, comercios, centros culturales, deportivos, oficinas, centros sanitarios y demás. Todos los edificios religiosos que están construidos en Balears suman un valor catastral que superan los 163,3 millones de euros. Los edificios singulares, como sa Llonja y otros, están valorados en 477,8 millones de euros y todo el sector industrial de las Islas está valorado en 3.041 millones de euros.

Aunque sea un elemento central para entender las Islas, es curioso el poco valor catastral que tiene el suelo rústico de las Islas. Su valor calculado es de 4.730 millones de euros, lo que apenas supone el 5 % del valor total del Archipiélago. El suelo rústico, en principio no edificable y destinado en exclusiva a suelos agrarios, algo que cada vez pasa menos en Mallorca y en toda Balears, es mucho más barato que el suelo urbano o urbanizable, de ahí la diferencia de valor.

La estadística del catastro detalla, además, cuánto vale cada uno de los municipios de Balears y, como era de esperar, el más grande y urbanizado, Palma, la capital de las Islas, es el que tiene un mayor valor. Palma vale 23.300 millones de euros, lo que supone que la media de todo lo construido en la capital vale 72.580 euros. Ese cálculo de la media hace que, aunque sea el más valioso en términos absolutos, no lo sea en términos relativos.

Las construcciones que hay en muchos municipios de las islas superan ampliamente ese valor de Palma. De hecho, Deià, que vale en su conjunto 209 millones de euros, tiene un valor medio por edificación de 206.983 euros, lo que le convierte en la localidad más valiosa de todo el archipiélago.