Los activistas iluminaron varios edificios del centro con el lema ‘Canviem el rumb’ antes de la manifestación del pasado 21 de julio. | R.L.

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El Govern mantiene un contacto directo con turoperadores, agencias de viajes y medios de comunicación extranjeros con el objetivo de mitigar los posibles efectos negativos que pueden tener en los mercados emisores las movilizaciones y acciones de protesta contra la saturación turística de los últimos meses. Concretamente, está siendo la Conselleria de Turisme, Cultura i Esport quien está manteniendo estos contactos con los dos principales países emisores para las Islas, Alemania y Reino Unido, a través de la Agencia de Estrategia Turística de Balears (AETIB).

El interlocutor designado a su vez por la AETIB son dos agencias dependientes de la misma y encargadas de la comunicación y las labores de marketing con estos mercados: GCE en el caso de Alemania y We Are Lotuse en el caso de Reino Unido. Asimismo, estas agencias gestionan igualmente las entrevistas de los medios con los responsables públicos baleares. Así, se ha remitido a los diferentes medios y agentes turísticos comunicados en los que se pretende transmitir un mensaje de de tranquilidad, aclarando que a pesar de las imágenes o informaciones que hayan podido trascender, los turistas siguen siendo bienvenidos en las Islas y no tienen que temer por un recibimiento hostil o brotes de turismofobia que puedan incomodarles en sus vacaciones.

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La preocupación del Govern por el eco de las manifestaciones en esos países y el tratamiento que los medios autóctonos puedan hacer de las mismas es evidente. Fuentes de la Conselleria afirman que la iniciativa nace «desde el respeto» a las movilizaciones ciudadanas en el Archipiélago, pero con la intención de «explicar cuál es la situación real en Baleares y que no se lleven una idea equivocada».
Las mismas fuentes ponen como ejemplo el caso de un periodista del Sunday Times que se entrevistó con el conseller Jaume Bauzà y que les confesó haber llegado a Mallorca con la expectativa de encontrar una suerte de territorio comanche para el turista. Idea que desechó una vez habló con taxistas, comerciantes o los mismos viandantes, aunque sí constató una concienciación generalizada sobre la necesidad de actuar sobre las externalidades negativas que está provocando la masificación.

El Ejecutivo, de este modo, ha querido mostrarse «proactivo» ante las manifestaciones de preocupación que se les había hecho llegar desde el sector turístico, especialmente desde la Asociación de Agencias de Viajes de Baleares (AVIBA), la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca (FEHM) o la Federació Balear d’Habitatges Turístics (FEBHATUR). Los propios hoteleros condenaron públicamente las pintadas en inmobiliarias y establecimientos hoteleros o el acoso a turistas en la manifestación del 21 de julio, que llevaba por título Canviem el rumb. Posem límits al turisme. Desde el alquiler turístico, por otro lado, expresan sus dudas acerca de la efectividad de los «paños calientes» que se pretenda poner desde la Administración autonómica. «Por mucho que les digan que todo está bien, si el potencial visitante ve una imagen en televisión con un cartel que dice kill the tourist se lo pensará dos veces», señalan.

Las estadísticas sobre llegadas turísticas en julio publicadas (FRONTUR) ayer desde el Instituto Nacional de Estadística (INE) y del Institut d’Estadística de Balears (IBESTAT) muestran unas cifras en la línea del pasado año, aunque con sensibles bajadas en determinados mercados, como es el caso del británico o el italiano, además del español. Un hecho que podría enarbolarse para reforzar los argumentos de quienes alertan sobre los efectos de las movilizaciones. Antes de la manifestación del 21 de julio, hubo otra el 25 de mayo -Mallorca no es ven-, enfocada sobre el problema habitacional, aunque con numerosos mensajes acerca de la masificación turística. Paralelamente, se han ido celebrando otras performances y protestas menos multitudinarias bajo lemas similares.