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Un ejemplar joven de àguila peixatera (Pandion haliaetus), anillado como pollo en Cabrera, muestra un comportamiento migratorio que está rompiendo la idea tradicional de que la población mediterránea de la especie es más bien sedentaria.

El esquema científico respecto a la especie en el Mediterráneo era simple: los ejemplares inmaduros se movían hacia el sur durante uno o dos años, y los adultos eran sedentarios. Sin embargo, un àguila peixatera cuyo seguimiento corre a cargo de Toni Muñoz, del GOB, lleva recorridos 7.893 kilómetros en menos de dos meses y no ha ido hacia el sur. Se fue hacia el oeste y permaneció en la zona del embalse de la Serena, en Extremadura, durante 22 meses. Tras ello, cuando era previsible un regreso a Baleares, voló hacia Aragón y Cataluña, cruzó los Pirineos, recorrió el sur de Francia, llegó a la frontera italiana, se lanzó al Mediterráneo, regresó al continente, merodeó la costa sur de Francia, se internó nuevamente en el mar, llegó a Menorca, donde sólo permaneció unas horas, y continuó un trayecto totalmente inesperado hacia el suroeste de Cerdeña, desde donde, sorprendentemente, volvió a territorio continental, pasó por el Delta del Ebro y, desde el pasado mayo, está de nuevo en el embalse de la Serena.

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Toda esta peripecia ha sido reflejada por el biólogo Joan Mayol, jefe jubilado del Servei de Protecció d’Espècies del Govern, en la revista Quercus, donde califica el caso de «espectacular» y considera que merece «una publicación académica de alto nivel».

Toni Muñoz señala que «con la alteración hormonal de la primavera, lo normal sería que este ejemplar regresara a Baleares, pero ahora mismo es una incógnita cuál va a ser su comportamiento. Este caso nos enseña que en la naturaleza no hay normas, que ocurren cosas que nos siguen sorprendiendo y que los científicos no tenemos que ser cuadriculados. Precisamente, la naturaleza evoluciona porque ocurren cosas diferentes. Si no fuera así, al primer problema que tuviera una especie, los impactos serían mucho más graves».

La prolongada estancia en el embalse de la Serana obedece probablemente, coinciden Mayol y Muñoz, a lasposibilidades de encontrar allí alimento: peces abundantes y fáciles de capturar. Sin embargo, ha llamado poderosamente la atención que un ave nacida junto al mar haya llegado hasta Extremadura sin ningún conocimiento previo de las aguas continentales. Mayol destaca que «este heroico ejemplar podría haberse electrocutado en tres países o en quince provincias españolas, pero ahí sigue».

El apunte

El águila más amenazada de España pierde parejas en Mallorca

El ‘àguila peixatera’ es, además de una rapaz emblemática, el águila más amenazada de la fauna española. En Mallorca, el número de parejas territoriales ha ido descendiendo entre 2016 y 2022, pasando de 15 a 9. El número de parejas se habría recuperado en Cabrera, Menorca y Pitiüses. Para Toni Muñoz, la explicación del descenso en Mallorca, como hipótesis, «podría encontrarse en las molestias generadas por la navegación, que es una causa identificada en Córcega, y las dificultades para obtener alimento en la costa de Tramuntana».