Imagen del coordinador y portavoz de Més per Mallorca, Lluís Apesteguia, durante un momento de la entrevista concedida a este periódico. | Jaume Morey

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El coordinador de Més per Mallorca, Lluís Apesteguia (Deià, 1985) tenía 13 años cuando se constituyó el primer Govern de izquierdas en Balears; brega estos días con una polémica sobre la propuesta de su partido para limitar la venta de viviendas a no residentes y, además, ha pedido a los medios de comunicación que reflexionen sobre su papel. Todo, mientras Marga Prohens, superado su primer año como presidenta, encara una relación sin Vox.

Dijo usted en campaña que la vivienda era un asunto pendiente de la izquierda ¿Ha mejorado?
—No, estamos peor. Quiero ser honesto y claro. Es una problema que no sólo afecta a Baleares, lo que ocurre es que aquí se agrava por ser un territorio insular y turístico. Había que tomar medidas y las de este Govern van en sentido contrario a las que habría que tomar.

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¿Qué le faltó al anterior Govern?
—Una economía no puede estar en constante crecimiento, y más en un territorio limitado que, además, se ve propicio para la especulación. Se ve a Balears como un lugar para la inversión, eso ha atraído a fondos con la idea de hacer negocio, también con la vivienda. El camino eran las medidas reguladoras y más inversión pública. Hubo, se empezó pero no se puede tardar una década en hacer VPO.

¿Qué aporta al debate que quien compre sea o no residente?
—Es un elemento clave.

Si un residente compra una casa posiblemente no sea para vivir y si lo hace un no residente, sí...
—Eso es partir de que todos los residentes tienen casa en propiedad y no es así. Pero es que también habría que limitar e intervenir en el número de viviendas entre personas residentes o no. Es un problema complejo pero hay que tomar medidas.

¿Limitar la venta a extranjeros?
—Esa no es la propuesta de Més. Siempre hemos hablado de residentes o no residentes. La Unión Europea ya nos ha dicho que estas limitaciones [a no residentes] sólo pueden ser temporales y supeditadas a un objetivo. Hay una posibilidad y no entramos en si son extranjeros o no.

Un ex secretario general del PSM dijo: «Prefiero un alemán que restaura una ‘possessió’ que un especulador de Porreres»
—No lo recuerdo, no se quién fue. Nuestra propuesta está alejada de cualquier tipo de racismo o xenofobia. Lo que queremos es gente comprometida con el desarrollo y el bienestar del lugar donde vive, que compren casas para vivir. Y sí, desde el punto de vista social es más interesante comprar una possessió, un casa o un adosado para vivir que para especular.

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¿Ha actuado su portavoz en el Consell correctamente?
—No haré juicios sobre intenciones. Lo que sí puedo decir es que Jaume Alzamora defiende lo que defiende el partido.

Al hilo de este asunto, usted propuso una reflexión sobre los medios y la vida privada de los políticos. ¿Qué le parece la propuesta del Gobierno estatal?
—No la he leído con detalle. Me parece delicado legislar sobre cómo deben hacer su trabajo los medios de comunicación. Mi propuesta iba más por una auto reflexión. Claro que nuestra gestión pública, y la privada que tiene consecuencias en la pública, tiene que ser observada y nosotros dar explicaciones. Otra cosa es cuando las informaciones entran en actuaciones de familiares o se nos juzga por éstas.

¿Lo dice por su madre, que vendió una casa?
—Lo digo porque ese mismo día se aludía en un medio a lo que había hecho «la suegra de la hermana» de Alzamora. Y yo insisto, nosotros sí estamos bajo el escrutinio público, pero no personas alejadas de la política y que ni se sabe lo que votan, lo que piensan o sus circunstancias para hacer algo. Aunque sean familiares.

¿Interesa la vida privada del Rey?
—Si tiene que ver con su vida pública, sí. A mí la vida íntima del Rey no me interesa lo más mínimo; si ha beneficiado a ciertas personas por tener con ellas una relación íntima, sí. Lo otro sería caer en la moralización de la política.

Més apoyó al director general de IB3. ¿Se arrepiente?
—No soy especialmente inocente, conozco bien cómo funcionan las mayorías. Lo que hicimos en Més fue salir de nuestra trinchera y de nuestra zona de comodidad, no necesitaban nuestro voto y lo tuvieron a cambio de unos compromisos: que siguiera siendo una televisión en catalán, internalización y una dirección sin perfiles políticos. Eso supone que no habrá presiones?, ¿eso supone que no fiscalizaremos a IB3? No, de ninguna manera.

La izquierda está debatiendo a dónde va, si hay que unirse y si podrá volver a gobernar. ¿Cuál es la propuesta de Més?
—Hay que distinguir los instrumentos electorales del objetivo político. Si me pregunta si estoy por un bloque electoral como el de Francia en que toda la izquierda ha ido unido, le diría que ahora no. ¿Lo descartaría ante una emergencia democrática que ahora no se da? Habría que debatirlo. Més, ahora, es una opción sobre la que se puede construir un proceso de unidad en el ámbito de izquierdas, sobreanista y ecologista. Tanto el PSIB como Més mantuvimos el mismo número de votos. ¿Por qué no conseguimos el apoyo de quienes en casa y no votaron a su partido anterior? Por ahí debe ir el debate, partiendo de que Més es la opción de la izquierda transformadora de este país.

¿Puede volver a gobernar la izquierda? Ahora mismo no suma.
—Sí, volverá a gobernar. Más lejos de la mayoría estaba el PP y gobierna. Pero no ha dado respuesta a las necesidades de la ciudadanía. A Prohens se le ha acabado la luna de miel. Tendrá que dejar de hablar de la legislatura pasada, la juzgarán por la suya. La gente querrá resultados más allá de menos e impuestos a ricos, niños en los toros, amnistía en rústico y ataques a la lengua y a la memoria democrática.