El matrimonio formado por Sandrine y Olivier junto a sus cuatro hijos, Martin, Valentin, Louis y Raphaël, triunfan con su propio 'reality'. | Netflix

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Los Kretz, los 'Kardashian' del mundo inmobiliario de Netflix, apuestan por Mallorca. La familia francesa, al frente de la inmobiliaria que triunfa con la serie Negocio familiar: Viviendas de lujo, sigue ampliando su portfolio de viviendas y propiedades en toda España, con Baleares como una de sus apuestas fuertes.

Aunque su presencia es ya destacable en otras ciudades españolas como Madrid, Málaga o Barcelona, es reseñable el listado de inmuebles que la firma gala ofrece en exclusiva en el archipiélago balear, sobre todo en Ibiza y Menorca y ahora, también, en Mallorca. En su amplío catalogo de inmuebles, que ofertan a través de Instagram, su principal escaparate, incluyen el anuncio de una impresionante finca en Campos, de 375 metros cuadrados, que combina el «diseño contemporáneo con elementos tradicionales mallorquines», ubicado en una amplia parcela de tres hectáreas.

Este negocio familiar no es una inmobiliaria cualquiera, ellos la definen como «una 'proptech' 100 % digital, donde Instagram juega un papel vital». «Una de cada diez ventas se cierra en Instagram», asegura a Idealista Louis Kretz, uno de los hijos del matrimonio fundador, quien además es la cara visible en redes sociales y protagonista en la serie de Netflix. Con su iPhone en mano, se encarga de captar propiedades y hacer sesiones de fotos para los populares ‘reels’ que publican, entre ellos el de la lujosa mansión que está en venta en Mallorca por casi 2.900.000 euros.

La propiedad en cuestión está ubicada a tan solo cinco minutos de Es Trenc y cuenta con cinco habitaciones y ocho salas. «Es una finca preciosa de 375 metros cuadrados que fue construida hace unos años mezclando estilo moderno con el tradicional mallorquín. En una parcela de tres hectáreas llena de árboles frutales. Hall de entrada, salón con chimenea, comedor, cocina separada. Cinco dormitorios dobles en suite todos con terraza privada al mismo nivel», dicen en el anuncio.

Además de la casa principal tiene una vivienda separada con un gran salón, comedor y un estudio con cocina abierta equipada con isla y un dormitorio doble en el entresuelo, con baño en suite y terraza privada. A las edificaciones hay que sumarle un jardín arbolado con una piscina de 14 metros que se puede climatizar. Se trata de una casa sostenible utilizando su energía solar para la electricidad, agua caliente y calefacción.

Además de la propiedad en Mallorca, también cuentan con otras en el resto de islas. De hecho, Ibiza fue protagonista de uno de los capítulos de la primera temporada de Negocio familiar: viviendas de lujo, donde la familia tenía que hacer frente a la cancelación de una venta. La familia francesa también es asidua a Menorca, además de ser uno de sus destinos favoritos de vacaciones, también han puesto el ojo en el mercado inmobiliario y el pasado verano estuvieron rodando en varias villas.

Netflix, el mejor escaparate

En la serie de Netflix, que ya cuenta con cuatro temporadas y en breve estrenará una quinta, se puede ver cómo el negocio está impregnado de la dinámica familiar. Louis trabaja codo a codo con sus dos hermanos, y aunque en pantalla parecen muy competitivos, asegura que el trabajo en familia no le resulta difícil. «Todo es más fácil si nos nutrimos de ambos mundos, el familiar y el del reality», afirma.

Aunque el ‘reality’ muestra la vida de los Kretz como si fuera un cuento de hadas inmobiliario, Louis admite que las cosas no son tan sencillas como parecen. «En la serie, todo parece más rápido y fácil, pero en la realidad hay muchas llamadas, reuniones y planificación detrás de cada venta». España se ha convertido rápidamente en el segundo país más rentable para Kretz, después de Francia, por este motivo recientemente se han instalado en Barcelona para aumentar mercado. En Francia, un proceso de venta puede tardar hasta 12 meses, mientras que en España todo puede resolverse en dos.