Plumo decora el espacio del café con antiguas bicicletas. | Teresa Ayuga

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Más de 2.000 kilómetros de carreteras y caminos en los que rodar hacen de Mallorca un entorno idóneo para ciclista. El auge del deporte de dos ruedas en la Isla no es un fenómeno solitario, las tiendas de reparaciones, alquileres, carreras, clubes de ciclistas y cafés para amantes del pedal no cesan su actividad. Entre los locales dirigidos a pedalistas, prospera un nuevo concepto de cafetería, en el que los entusiastas de las bicicletas y la cafeína combinan sus dos pasiones. Como es el caso de Théo Guillaume y Nilton Sotelo, dos amigos que crearon Plumo.

En Plaça de Quadrado, los expertos del pedal idearon una combinación de cafetería y taller en 2021. «Nilton domina el café y yo las bicicletas», cuenta Théo. Tras reformar el local ellos mismos con materiales reutilizados y mobiliario de segunda mano, en su parte de atrás esconden el taller de reparaciones. «Desde fuera no se ve porque queríamos fuera un sitio para todo el mundo, no solo ciclistas», explica uno de los socios sobre cómo han logrado un equilibrio entre el deporte y el espacio social. Además, en la segunda planta cuentan con una exposición de bicicletas antiguas, algunas de ellas a la venta junto a maillots de segunda mano y merchandising.

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Théo Guillaume y Nilton Sotelo en Plumo.

A pesar de que no organizan salidas para ciclistas, cada viernes acogen el club de correr de Angry Pablo donde sirven el café post-tirada. Aun así, si algún día cuentan con suficiente personal, les gustaría organizar salidas a pedal. «Desde la covid, mucha gente se ha aficionado al ciclismo en Mallorca, y en Europa en general», explica el cofundador de Plumo. «Cuando empecé a salir en bici, apenas había mujeres en los grupos de ciclismo, pero ahora cada vez hay más. Aunque, por desgracia, sigue siendo un deporte mayoritariamente masculino», añade.

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En Palma, la Plaça del Rosari se ha convertido en otro epicentro del culto al ciclo, marcas como Café Du Cycliste o Rapha han establecido su sede local ahí. Berta Beran, manager en Rapha, cuenta que ciclistas de todo el mundo viajan a la Isla para pedalear en los puertos míticos de Sa Calobra y Formentor, por lo que Mallorca es un lugar estratégico para establecer una tienda-cafetería. «El café se ha convertido en el centro neurálgico de nuestros eventos», asegura. Además, el Rapha Cycling Club organiza salidas abiertas tres días a la semana.

«Vivir en Mallorca y no practicar ciclismo es realmente un pecado mortal. Tenemos unas carreteras maravillosas, una orografía fabulosa con puertos y también zonas llanas, todo ello con unas vistas espectaculares, una meteorología increíble y unos conductores muy respetuosos», cuenta la responsable del local de Palma. En esta fiebre de la bebida de especialidad y las dos ruedas, Reverb también abre sus puertas el 25 de octubre, con una salida de inauguración al día siguiente. Este nuevo rincón ciclista promete ser un «lugar destinado a compartir, relajarse y arreglar la bicicleta» en la Travessa d'en Ballester.

La cafetería y tienda de ciclismo Cycling Planet.

Mega Raw Bar en Lloseta, Sa Mola 13 en Sineu, Sa ruta verda en Caimari... La capital mallorquina no es la única que cuenta con estas cafeterías de ciclistas. Cycling Planet en Alaró es una de las pioneras en la Isla. David Muntaner, campeón del mundo en madison, y Laura Brunot decidieron abrir sus puertas en 2012. «Tanto mi mujer como yo sentíamos que faltaba un lugar así en Mallorca», explica el deportista. En su tienda de ciclismo-cafetería, buscan cubrir todas las necesidades de los ciclistas. Según asegura el fundador, el espacio no solo ha tenido aceptación entre el público especializado, sino también se ha convertido en una cafetería de referencia en el pueblo. Además, sus paredes narran la historia del ciclismo en Mallorca, ya que están hechas con la madera del antiguo velódromo.