TW
2

Aunque las serpientes son con toda seguridad las especies que más preocupación generan entre la población de las Islas, no se trata ni mucho menos de la única especie invasora con la que lidiamos en Baleares. Mamíferos, aves, invertebrados, flores, árboles y otras plantas conforman la lista que amenaza a nuestro entorno natural.

Las especies invasoras, son un serio peligro para la biodiversidad de las Islas. El Servicio Especial de Especies Invasoras, dependiente de la Conselleria de Agricultura, Pesca i Medi Natural, es el encargado de su control. La principal premisa que debe asumir todo aquél que adquiera un animal como mascota es que no debe liberarlo nunca en la naturaleza.

Parte de los animales introducidos en Baleares acaban adaptándose al entorno y entran en competencia con la fauna y flora autóctonas. Las desplazan y ponen en serio peligro su población. Esta circunstancia, ocurre dentro y fuera de Baleares, pero debido a la insularidad los daños se acentúan y pueden llegar a ser más graves.

Algunas de las especies, actualmente consideradas como autóctonas, fueron reintroducidas hace más de cien años desde otros puntos del mundo y en algunos casos han evolucionando formando subespecies propias de la comunidad. Es el caso por ejemplo del sapo verde, la marta, la jineta, el mostel o el erizo. Otras especies introducidas en el pasado mantienen la consideración de invasoras aún hoy como las ratas, ratones y cabras.

Mapache capturado en una jaula en una zona boscosa de Mallorca.
Un mapache capturado en una jaula en un espacio boscoso de Mallorca.

Aunque la introducción de especies externas en Baleares es una práctica que se da desde hace siglos, la globalización ha disparado los riesgos que representa. No solo se introducen de una forma más rápida, sino que en los últimos años ganan fuerza las especies invasoras tropicales, menos adaptadas al medio.

Hay especies introducidas que llegan a Baleares como mascotas, que bien se escapan o bien los propietarios liberan en la naturaleza, sin tener en cuenta que las consecuencias pueden ser muy graves. De entre los mamíferos, reptiles y aves introducidos en las Islas como animales de compañía y que han acabado en el medio natural destaca la tortuga de Florida (Trachemys elegans). Los patos son una de las aves que más frecuentemente llega a la naturaleza tras escaparse de núcleos zoológicos y jardines. El águila mora (Geranoaetus melanoleucus) es otro ejemplo.

No toda la fauna invasora ha sido previamente introducida como mascota. Algunas especies acaban en las Islas de forma accidental viajando como ‘polizones', ocultas en los olivos que se importan desde la Península e incluso desde otros países. Otras veces responden a la importación de tierra y otros materiales contaminados. Así llegaron hasta Baleares la serpiente de herradura (Coluber hipocreppis) y la lagartija de cola larga (Psammodromus algirus).

La administración ha prohibido la importación de olivos en la época de hibernación de la serpiente de herradura para intentar atajar la problemática. El de esta especie es un buen ejemplo de la adaptación de los animales invasores a su nuevo medio. En Mallorca las serpientes de herradura nadan a mar abierto.

Entre los pájaros exóticos encontramos la cotorra argentina (Myiopsitta monachus), la cotorra de Cramer (Psittacula krameri), la mina común (Acridotheres tristis) y el pico de coral (Estrilda astrild).

Además de la serpiente de herradura y la lagartija de cola larga, se colaron en las Islas en procesos de introducción de plantas, troncos y tierra infectados, algunas plagas como la procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa) y más recientemente el picudo rojo (Rhincophorus ferrugineus) o el barrenador de palmeras (Paysandisia archon). Otro invertebrado invasor es el cangrejo de río americano (Procambarus clarkii) que campa a sus anchas en torrentes, charcas y en la Albufera.

Ejemplar de avispa asiática capturada en Baleares.

El listado de peces introducidos en Baleares que viven de forma silvestre lo conforman la carpa, el pez mosquito y el lucio. Entre los reptiles figuran la tortuga de florida, la serpiente de herradura y la lagartija de cola larga. Entre las aves, la cotorra argentina, el pico de coral, la cotorra de Kramer, la mina común, el tarro canela y el estornino metálico. Entre los mamíferos, el gato silvestre, el mapache y el coatí. Entre los invertebrados, la avispa asiática, el mosquito tigre, el cangrejo de río, la hormiga argentina, la procesionaria del pino, el picudo rojo, la barrenadora de la palmera y el caracolín de agua.

Flora introducida

Además de la fauna invasora, también tenemos flora invasora en las Baleares. Son plantas que afectan al ecosistema y también están controladas por el Servei de Protecció d'Espècies. Se conocen 320 especies de flora introducidas en las Islas. No todas las plantas introducidas acaban siendo invasoras, pero cuando esto ocurre causan un importante daño sobre la biodiversidad.

Eso ha sucedido con el bálsamo (Carpobrotus edulis), una planta carnosa muy común, conocida con el nombre de ‘corre corre'. Un solo esqueje basta para que la planta prolifere rápidamente, formando auténticas alfombras que no dejan crecer nada en el territorio que ocupan. Representa un grave problema para el litoral puesto que invade el sistema dunar.

Otro ejemplo es la planta acuática cótula (Cotula coronopifolia) que crece en charcas, en los canales de la Albufera y en otras zonas húmedas. También la gramínea Pennisetum villosum, originaria de la parte africana del Mediterráneo Oriental. Se reconoce por sus florecillas blancas que parecen plumeros.

Los expertos diferencian entre tres tipos básicos de plantas introducidas, según su grado de adaptación al medio en Baleares y su capacidad invasora. Se clasifican así entre especies naturalizadas, subespontáneas e invasoras.

Escolares retiran flora invasora en una zona Dunar en Mallorca.
Escolares retiran flora invasora en una zona dunar, durante una actividad promovida por el GOB

Las especies naturalizadas son aquellas que ya forman parte de nuestras comunidades vegetales como una parte más de nuestros ecosistemas después de un largo proceso de naturalización. . Se han naturalizado después de mucho tiempo. Normalmente son especias que se introdujeron con finalidades concretas, como pueden ser el algarrobo (Ceratonia siliqua), el almendro (Prunus dulcis), las chumberas (Puntia maxima) o la vinagrella (Oxalis pes-caprae).

Especias subespontáneas, son las que habitualmente encontramos en las aceras de los campos o dentro de zonas muy degradadas, como parques urbanos, corrales y solares con estiércoles. Provienen de los cultivos y jardines próximos. Normalmente acaban desapareciendo con el tiempo o se naturalizan directamente si las condiciones son buenas. Sería el caso del ricino (Ricinus communis) frecuente en algunos torrentes, del azahar de la china (Pitosporum tobira) o de la adelfa (Nerium oleander). Las dos últimas se usan habitualmente para la delimitación de carreteras y aceras peatonales.

Especias invasoras, son las que se han naturalizado y proliferado rápidamente en todo tipo de zonas con independencia de que se trate de áreas degradadas o de espacios protegidos. Desplazan a la flora autóctona y suponen un peligro para el entorno. Control de Espècies realiza trabajos para intentar erradicarlas. Destacan el bálsamo (Carpobrotus edulis) y la còtula (Cotula coronopifolia).