Forma parte del Laboratorio Interdisciplinar del Cambio Climático de la UIB, una estructura científicotécnica formada por diferentes especialidades que, entre todos, dan una visión poliédrica de la situación que ya no es un futurible: sus efectos, por desgracia, ya están aquí. Precisamente la DANA le pilló en Valencia, donde Biel Horrach, doctor arquitecto y urbanista, estuvo atrapado casi 30 horas en su aeropuerto, tras participar en un congreso sobre urbanismo y cambio climático.
¿Qué está pasando?
—Se ha incrementado la temperatura del Mediterráneo, así como la del planeta. Esto provoca que haya episodios de tormentas más a menudo y más violentos. Los expertos en climatología ya advierten que hemos llegado a un punto de no retorno, por lo que habrá episodios muy importantes en las ciudades y en el territorio, donde la situación será cada vez más complicada. En la costa valenciana y en Balears se dan el mismo tipo de tormentas, donde los efectos pueden llegar a ser más impactantes si se sigue el calentamiento global.
¿Hemos aprendido algo respecto a tragedias anteriores?
—Tras el desastre de Valencia de 1957 [por el desabordamiento del Turia, lo que provocó el desvío del río], tenemos una mejor tecnología aunque no hemos mejorado. Los asentamientos e infraestructuras no han respetado el paisaje litoral. Las áreas urbanas y metropolitanas han crecido sin entender las dinámicas de la naturaleza, lo que está alzando los impactos de fenómenos como la DANA.
¿Qué ha pasado en la zona de Valencia?
—Se ha llevado a cabo un proceso de canalización de torrenteras con cajas de hormigón y se han impermeabilizado las ciudades. Todo el sistema urbano al que pertenece Catarroja, en el barranco de Chiva, es una franja urbanizada que corta la zona agraria de la Albufera. Todos los cauces naturales se encuentran allí y estas dinámicas naturales no se han integrado dentro del urbanismo y la ordenación del territorio. Es necesario regenerar, pero ahora desde la perspectiva climática.
¿Qué situación tenemos en Baleares?
—La Ley balear del Cambio Climático dice que hay que incluir la perspectiva climática de forma integral. Hay que mitigar sus efectos, reduciendo emisiones de CO2 descarbonizando la movilidad o el parque edificado. Pero también hay que incluir medidas de adaptación al cambio climático. Vamos hacia un incremento de impactos meteorológicos, así que cada actuación debe contribuir a adaptar la ciudad. Cada reurbanización de una calle debe integrar soluciones como los sistemas urbanos de drenaje sostenible, haciendo la ciudad más permeable. Ante la lluvia necesitamos ‘ciudades esponja’ frente a las canalizaciones de agua que se colapsan y acaban lanzando vertidos al mar que contaminan.
¿Qué podemos hacer para adaptarnos a este nuevo escenario?
—Hemos heredado una ciudad y ante episodios excepcionales tenemos que optimizar medidas para evitar daños humanos y materiales. También tenemos que preparar el terreno ante acontecimientos futuros con infraestructuras que deben adaptarse. Estos episodios van a suceder más a menudo, así que hay aplicar el ‘land scape urbanism’, que integra las dinámicas del agua. Desde un punto de vista regulatorio, no se pueden rebajar las exigencias en las actuaciones urbanas: ni en las aisladas, ni en las de mayor escala. No podemos bajar la guardia.
¿Qué previsiones se manejan en el Laboratorio del Cambio Climático?
—Hay que trabajar en los escenarios más desfavorables. El IMEDEA emitió un informe en 2008 sobre los impactos del cambio climático. A día de hoy estamos más cerca de los pronósticos más graves. En caso de lluvias intensas hay que recuperar el espacio del agua en lugar de limitarlo, hacer los suelos más permeables para preparar el territorio ante sequías y olas de calor al recargarse los acuíferos.
¿Cómo se trabaja en otros países?
—En Países Bajos saben que tiene que planificar y gestionar de forma muy óptima su territorio. Llevan a cabo un plan territorial cada diez años. Después de décadas de ganar espacio al agua, sus políticas urbanas-territoriales integran el agua creando grandes espacios inundables controlados y grandes parques que reducen la velocidad del agua. Tal y como han hecho ellos, hay que recuperar el respeto al agua: entornos permeables, almacenar aguas de lluvia, crear grandes espacios abiertos y aljibes para resistir las puntas de precipitaciones mediterráneas. Se creía que todo era posible pero con el agua no se puede jugar. En mi etapa en la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC), junto con la Universidad Tecnológica de Delft (Países Bajos) y la Università IUAV de Venecia, ya trabajamos en la retención y gestión urbana del agua.
Durante años se ha construido en cauces y en zonas inundables. ¿Estamos pagando la factura?
—No hemos respetado el agua. Los marineros lo tienen muy claro: hay que respetar las normas del mar. Aquí no hemos tenido en cuenta cómo funciona el agua o los regímenes de lluvias. Muchas veces no llueve y cuando lo hace, llueve mal. Es necesario que integremos mejor el conocimiento sobre los regímenes de precipitaciones en nuestra ordenación urbano-territorial porque ya conocemos el impacto que puede tener sobre las personas
En los libros se recuerda el desbordamiento de sa Riera de 1613.
—Murieron 5.000 personas cuando Palma tenía 20.000 habitantes. La ciudad islámica creció en estructuras de huertas, que eran más permeables a las lluvias. Luego la ciudad creció en espacios de alto riesgo o en los márgenes del torrente. De hecho, la parte de Canavall fue más afectada que la de Canamunt.
10 comentarios
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ildefonso machucaMe refiero a invertir en prevenir para tener que invertir menos en curar. Tal vez no me había explicado con claridad. Estoy de acuerdo en que hay que cambiar el chip, imagino que eso requiere hacer infraestructura alcantarillado, pozos de recogida de agua, zonas inundables controladas, limpieza torrenteras, zonas habilatadas para emergencias…y eso valdrá dinero, o no?
Da igual lo que hagamos, da igual los avisos, las alertas rojas...da igual todo, la gente es "muy lista" y no hace ni puto caso a las alertas, se creen muy seguros en sus coches, en sus plantas bajas en zonas inundables y luego...pasa lo que pasa pero la culpa es de los demás.
PaspermigLos arquitectos? Seguro? En un accidente de coche el culpable es el mecánico que lo fabrica o el que lo conduce? Quién autoriza la áreas de desarrollo urbano? No son los gerentes de urbanismo? No son dichos gerentes los políticos? Seriedad por favor. Y cultura
PaspermigQué listo eres!!! Y tú que propones...???
Bunyol ForadatTU SI QUE SABES
Marcinvertir ??.... creen que el dinerolo arregla todo.... lo que hay es que cambiar el "chip"
Lo cruel es que esto beneficia a los especuladores inmobiliarios porque supone acotar aún más el terreno edificable, por tanto la oferta y por tanto su e el precio de lo construido y por construir.
La culpa es del turismo, la avaricia nos ha borrado el sentido común.
Que curioso. Precisamente este señor era el que queria hacer un sendero peatonal por dentro del Torrent des Jueus. ¿No se acuerda? Menos mal que no se hizo. También recordarle, ya que parece que tiene cierta tirria a la ingeniería, que son precisamente los arquitectos los culpables de que se urbanice en zonas inundables. Son ellos los que redactan los proyectos de urbanización y de las viviendas, los planes parciales, pgous, ue, etc. No vaya dando lecciones cuando son los de su gremio parte de los principales culpables, junto con políticos y promotores interesados.
Tomemos consciencia. Vamos a invertir lo que se destina a las catástrofes e invertirlo en prevenir sus consecuencias puesto que ya estamos en un punto de no retorno. Debemos hacer caso a los expertos.