Más de 350 personas de distintos países de habla hispana han participado en la iniciativa que Cardona ha restransmitido desde Mallorca y es que la pederastia es una lacra que traspasa fronteras. Aunque poco a poco aumenta el número de personas que se atreven a presentar denuncias formales, el miedo al estigma hace que, como en otros casos de abusos sexuales, solo denuncien una minoría de las víctimas.
«Yo misma he ido rompiendo diferentes niveles de silencio y este es el siguiente. Estoy aquí para ayudar. No estamos en un entorno en el que las denuncias sean bienvenidas y eso es muy peligroso. Es muy difícil denunciar. Lo hemos visto con las denuncias que se han publicado sobre Iñigo Errejón en las redes sociales. Son muy pocas las que se han registrado formalmente. Si nos dijeran que nos van a escuchar, a apoyar y proteger… pero eso no es así, aunque está habiendo avances. Una de las cosas que me dan fuerza es que cuando he ido al Parlamento Europeo o al Congreso de los Diputados me miran a los ojos y me dicen que los sobrevivientes somos los que podemos cambiar esto. Ellos tienen el derecho y las leyes, pero nosotros tenemos el poder de generar ese cambio y sensibilizar», relata Cardona. Me da mucha fuerza ver que tantas mujeres están alzando la voz aunque sea de manera anónima. Hay muchas personas que se abren y cuentan sus casos. Esta segunda hola de Me too en España me da fuerzas y más confianza
Censura en redes
Dar voz a las víctimas de abuso sexual infantil no es un camino fácil. «Es la primera vez que yo me he decidido a hacer una Master Class online. Hice cuatro anuncios de la charla que fueron censurados por Meta. Una vez revisados, algunos me los aprobaron para latinoamérica, pero me los censuraron en España. Otros sí han pasado el filtro. Parece mentira que me censuren el anuncio de una master class para hacer prevención mientras se hacen virales vídeos de niños y niñas bailando en bikini en Tik Tok con los riesgos que eso conlleva. A pesar de las dificultades que me he encontrado en un día y medio se registraron más de 350 personas para asistir. Me emocioné cuando vi las cifras porque hace un par de años era un tema tabú que la gente no quería ni conocer. A mi misma me daba miedo poner un altavoz que pudiera despertar el rechazo y generar algo de odio», relata la experta en prevención de abuso sexual infantil.
«Ver a miles de mujeres denunciando a través del canal de Cristina Fallarás a políticos (a raíz del caso Errejón), pero también a padres o hermanos que han abusado de ellas también me ha animado a seguir hablando del abuso sexual infantil. Se ha generado mucho debate y sí que importa que las víctimas hablen, aunque no sean capaces de denunciar formalmente. Hoy en día yo misma me vería incapaz de afrontar ese proceso con la poca sensibilidad que hay. Falta sensibilidad por parte de profesionales que quitan importancia y cuestionan mucho la palabra del niño. El abuso sexual es un tema tabú que nos hace tanto daño que no lo queremos ver. Si creemos a las víctimas nos tenemos que creer que no vivimos en un mundo tan seguro. Generamos rechazo porque ponemos al mundo ante un espejo», reflexiona la mallorquina.
Mireya Darder, en su libro La sociedad del abuso, menciona que entre un 10 y un 20 % de la sociedad es pedófila y parte de ese porcentaje pasa a la pederastia, es decir, llega a cometer el delito. «Es un porcentaje muy alto y nos da mucho miedo que eso pueda pasar en nuestra familia. Por eso no lo queremos ver. La sociedad es cómplice de los delitos de violencia sexual contra mujeres y niños. Hace falta implantar un sistema de educación afectivo sexual desde la infancia sin prejuicios, utilizando las palabras adecuadas, que sirva para prevenir. La sexualidad es sana, bonita y placentera, no hay que tenerle miedo. Si te educan desde el miedo tendrás miedo a denunciar», relata Patricia Cardona.
Para ella «es importante educar a los niños de acuerdo con su edad, educar en el respeto y el consentimiento. Sabemos que en un mundo cada vez más digital los niños son objetivos de la pornografía a edades tempranas. Esos niños van a construir su deseo sexual basado en la pornografía. Sin una educación adecuada, igual que juegan a la patrulla canina, esos niños que con nueve años acceden a la pornografía en internet querrán jugar a lo que ven».
Es cierto que empieza a notarse un cambio social. «Algunos padres empiezan a expresar su miedo a que sus hijos sean abusados, pero ¿Están preparados para aceptar que su hijo pueda ser un abusador? ¿Están los padres o madres preparados para que su hijo les diga que ha sido su pareja o su hermano mayor o su tío, el abuelo, la abuela quienes han abusado de ellos? Porque tienes que estar preparado para escuchar que la persona que abusa puede ser parte de la familia, de hecho es así en la mayoría de los casos», avisa.
La mallorquina recuerda que se calcula que entre el 75 % y el 90 % de los abusos sexuales infantiles se producen en el entorno familiar o muy cercano. «Puede ser el mejor amigo del padre o el vecino que ha estado siempre allí, aparentemente ayudando. Conozco al hijo de un abusador que me dice que su padre era el padre perfecto y que un día la hija de sus vecinos le denunció por abuso. El padre lo negó durante años y salió absuelto y después se ve que la culpa le reconcomía y con los años le contó a su hijo que era verdad. Oigo tantos casos… Si uno de cada cinco niños es abusado según las estadísticas ¿Por qué no estamos invirtiendo millones en prevenirlo? ¿Por qué no es la prioridad número uno de los gobiernos ni la preocupación número uno de la ciudadanía? ¿Alguien puede entender que las principales preocupaciones de los españoles sean la vivienda, el trabajo y la salud? Uno de cada cinco niños es víctima de abuso sexual, es una realidad. Ahora empieza a haber una corriente de padres a los que les preocupa la adicción a los móviles, pero no les preocupa el abuso sexual infantil porque no están preparados para aceptar que abusan sexualmente de sus hijos. Mucha gente está dejando que suceda. Hay que perder el miedo a ser el papá que levanta la mano para preguntar sobre las políticas de prevención de abusos sexuales infantiles en la escuela».
«Con los talleres gratuitos, como el del domingo 3 de noviembre, voy construyendo para elevar la conciencia y empezar a trabajar en la prevención. A esas mamás que están dispuestas a trabajar en la prevención yo las llamo mamás elefantas. Nadie le chista a una elefanta. Lo que hacen los abusadores es fijarse mucho en quiénes son los padres y cómo tratan a los hijos en un momento de vulnerabilidad. Si ven que no les va a traer problemas van a abusar», añade. Cardona advierte de la necesidad de conocer las claves para detectar el abuso sexual infantil. «Lo primero es saber qué es el abuso infantil, que parte de un abuso de poder ya sea por jerarquía, edad, fuerza física o conocimiento y puede ser con o sin contacto físico y eso a veces lo pasamos por alto», advierte.
Pueden ser abusos sexuales verbales, contándoles cosas no adecuadas para su edad. Si a un niño le das una descripción total de qué es una mamada estás cometiendo un abuso sexual. Otros hacen bromas asquerosas sobre cómo desarrolla una niña los pechos. También está el voyerismo, la observación de los niños desnudos. Yo tenía en Palma un profesor que entraba en el vestuario de chicas y nos pedía que nos quitáramos las bragas y a los chicos les hacía lo mismo y ellos no podían escapar porque entraba en el vestuario con ellos. Esto lo he vivido yo en un colegio de Mallorca y era un profesor muy querido por los padres», avisa Cardona.
Por otra parte está el exhibicionismo. «Me contaron un caso en el que había una abuela que cuando veía a su nieto se bajaba el escote y agitaba los pechos delante del niño. Esto no es apropiado, por si alguien tenía alguna duda», dice la experta. «También está la exposición a imágenes no adecuadas para su edad (fotografías, video o incluso sexo en directo), añade.
«El peligro está en que hay gente que ni siquiera se percata de que eso es un abuso. Conozco casos de padres que muestran a los niños cómo hacer el amor o cómo satisfacer a su pareja. Eso es abuso aunque no estés tocando al niño o a la niña. Hay tantos tipos de abusos sexuales infantiles que a lo mejor esa persona que ha vivido abusos sin contacto físico no es consciente de cómo eso ha impactado en su vida. Una consecuencia puede ser que huyas del sexo o que tengas obsesión con el sexo, sentimientos de culpa, autoestima… tiene muchas ramificaciones», concluye.
Para la experta la comunicación (el lenguaje y la escucha) es clave en la prevención. También saber poner límites a la familia, límites preventivos para escoger los entornos seguros, organizar esa red de apoyo. ¿Tenemos que desconfiar de todo el mundo? «No, pero tenemos que hacer las preguntas correctas antes de dejar a nuestro hijo al cuidado de una persona. Antes de darlas a tu hijo preguntaré si les darías tu móvil, tu pin, las llaves de tu casa o de tu coche. ¿Sí o no? Si la respuesta es no a lo mejor no le puedes dejar a tu hijo que es mucho más preciado. No podemos controlarlo todo pero el 95 % de las situaciones de abuso se puede prevenir. No lo puede hacer una mamá o un papá solo. Necesitas del apoyo de tu comunidad.
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