Galmés durante la actuación musical en el London Eye. | Enrique Fueris

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Donald Trump acojona hasta a los hoteleros. El segundo advenimiento del diablo mandarina puede hacer tambalear las tendencias en viajes de los principales mercados de las Islas, advierte María Frontera, entre ellos la mismísima Alemania. Además, en el momento en que Govern y sector turístico balear están centrando más que nunca la solución contra la masificación en la lucha contra la oferta ilegal, el trumpismo aterriza otra vez en la Casa Blanca como un garante de la desregulación y el libre albedrío para sus empresas, entre ellas AirBnB. La firma californiana ya clamaba a viva voz que la dejaran en paz con todo eso de los registros y del control sobre los anuncios ilegales, así que imagínense ahora que está respaldada por el Capitán América.

Pero si la influencia de Trump se limitara a la industria turística el problema se acabaría aquí. Como no es así, más vale cerrar los ojos y apurar las últimas cenas, como el Consell de Mallorca, que de cenas sabe un rato. La delegación mallorquina se despidió de Londres en un evento gastronómico en la Wallace Foundation Museum, ya con toda la comitiva insular recuperada del mal de alturas que afectó a algunos de sus integrantes la noche anterior en una de las cápsulas del London Eye, entre ellos el presidente Llorenç Galmés, quien pese a todo aguantó el mareo como un jabato durante una ópera que en un momento así debía sonar como la banda sonora de Psicosis.

Nos quedamos con Hitchcock para homenajear al CEO de Jet2, Steve Heappy, que volvió a asomarse por el estand balear en un visto y no visto, como en los tradicionales cameos del genio del suspense.

Steve Heappy con el Mallorca Bulletin junto a la Naveta des Tudons.

Una visita fugaz al estilo de las que viene repitiendo en las últimas ferias, como diciendo pues yo no quiero masificar. Las apariciones cronometradas pueden ser un remedio socorrido en el año del qué hacemos en las ferias si no hace falta más promoción, una edición a la que solo la presidenta Marga Prohens se atrevió a faltar, dejando de paso al conseller Jaume Bauzà con un escueto paraguas londinense en la mano para guarecerse de las acometidas del sector por el anuncio de la subida de la ecotasa. Peaje mínimo tras dos días sin lluvia en la capital de los nubarrones.