La política de acogida de menores migrantes no acompañados llegados a la costa de Mallorca en patera continúa dividiendo al gobierno de PP y Vox en el Consell. Los ‘populares’ han votado a favor de la mayoría de puntos de una moción de Més que condena «las falsas acusaciones» y «los casos de odio y acoso» como consideran que ocurrió en Calvià y Cala Rajada. El texto, que solo ha rechazado Vox, también reclama al Govern que ponga en marcha ayudas para que el Institut Mallorquí d’Afers Socials (IMAS) las reparta entre los ayuntamientos que tienen centros de acogida. «No hace falta volver a decir que tenemos una obligación legal y ética de acoger con dignidad a estos niños y adolescentes», ha defendido la consellera de Més Rosa Cursach, recordando que el presidente insular, Llorenç Galmés, impulsó siendo alcalde de Santanyí un pacto para que el municipio sea amigo de la infancia. «Ahora esperamos que ejerza su responsabilidad para contribuir que Mallorca sea acogedora», le ha espetado. «No es un tema de solidaridad, que la hemos demostrado acogiendo, es un problema de capacidad. De falta de espacio y recursos económicos que debería aportar el Estado», ha respondido el conseller insular de Benestar Social y presidente del IMAS, Guillermo Sánchez, que ha aprovechado para decir que «algunos partidos», en referencia al PSIB, dificultan las cosas para habilitar un centro de acogida de menores en Inca. La cuestión de los menores migrantes fue la base del acuerdo entre PP y Vox para aprobar los presupuestos del año que viene en el Consell. Para ello, pactaron no acoger más menores extranjeros no acompañados llegados de otras autonomías mediante el reparto solidario que gestiona el Gobierno central. En la práctica, este acuerdo no implica ningún cambio efectivo, puesto que el Govern de Marga Prohens ya había dejado claro al Ejecutivo de Pedro Sánchez que Baleares no aceptará más menores migrantes debido al estado de saturación que sufren los sistemas insulares de acogida por la llegada de jóvenes en patera.