En 2023 el turismo contribuyó aproximadamente con el 10% al Producto Interno Bruto (PIB) global y generó alrededor del 8% del empleo mundial. En España, el sector turístico desempeña un papel aún más destacado, aportando un 12,8% al PIB nacional y un 9,3% del empleo total en el país. El turismo español siempre ha demostrado una gran fortaleza y capacidad de adaptarse a las circunstancias por difíciles que fueran. Más allá de los números, el turismo es una herramienta poderosa para el desarrollo, la cohesión social y la generación de riqueza en distintas regiones, beneficiando tanto a grandes ciudades como a comunidades rurales. Es un sector que nos conecta con el mundo y nos permite mostrar lo mejor de nosotros.
Es un honor y una responsabilidad formar parte de esta industria. Desde mis comienzos siempre he apostado por un modelo de turismo que combine la excelencia en el servicio con el compromiso de construir un futuro mejor para todos. Nuestro objetivo a largo plazo es claro: tenemos que ser rentables, una empresa debe ganar dinero si quiere contribuir de manera positiva al desarrollo económico y social. Solo así generaremos empleo de calidad y trabajaremos en armonía con las comunidades locales.
Pero el turismo está en una encrucijada, y los retos que enfrentamos hoy requieren una profunda reflexión y una transformación real para garantizar su sostenibilidad en el tiempo. Es evidente que el sector ha cambiado de forma radical en los últimos años, en gran parte impulsado por la tecnología y la digitalización, factores que han facilitado una mayor personalización de los servicios y una mejor experiencia para el cliente. Sin embargo, en Iberostar, creemos que esta transformación tecnológica debe ir acompañada de una mirada humana. El turismo es, y siempre será, un negocio de personas para personas, donde el talento y la pasión del equipo hacen la diferencia.
Uno de los grandes desafíos de nuestro tiempo es, precisamente, atraer y retener el mejor talento. La competencia en el mercado laboral es intensa, y cada vez resulta más difícil captar y mantener profesionales comprometidos con la visión y los valores de una empresa. En Iberostar, sabemos que nuestro equipo es nuestro mayor activo, y apostamos por políticas de desarrollo y formación que permitan a nuestros empleados crecer profesionalmente y sentirse parte de una misión compartida. Somos capaces de crear una seguridad laboral para miles de colaboradores, sentimos que estamos haciendo las cosas bien y este compromiso con las personas es fundamental para mantener un servicio de calidad y una propuesta de valor que nos distinga en el mercado.
Otro de los retos que debemos enfrentar con determinación es el crecimiento sostenible del turismo. En Iberostar, hemos optado conscientemente por un modelo de valor, no de volumen, que se centra en la calidad del servicio y en la preservación de los recursos naturales y culturales de los destinos. La sostenibilidad no es solo un eslogan; es una filosofía que guía cada decisión que tomamos. En este sentido, la medición y el seguimiento de nuestros avances en sostenibilidad son fundamentales. Solo a través de datos precisos y de una evaluación constante de nuestros logros podemos saber si estamos cumpliendo con los compromisos adquiridos y si estamos realmente haciendo una diferencia. Este enfoque basado en hechos nos permite ser transparentes con nuestros clientes, nuestros socios y las comunidades locales.
La colaboración con las administraciones públicas es otro factor clave para el éxito de nuestro modelo. Necesitamos un marco regulador que favorezca un uso eficiente de los recursos y que incentive a las empresas a invertir. La importancia del turismo para nuestro país requiere que las instituciones le otorguen el lugar central que merece. En Iberostar, creemos que una alianza sólida entre el sector público y el privado es fundamental para afrontar los desafíos que plantea el turismo moderno.
Las empresas privadas también tenemos un papel crucial en esta misión. No basta con desarrollar productos innovadores o mejorar nuestras instalaciones; debemos invertir en el bienestar de las comunidades donde operamos, promoviendo un crecimiento inclusivo y sostenible que beneficie tanto a los residentes como a los visitantes. Este enfoque nos permite construir relaciones duraderas y crear un patrimonio que trasciende el negocio, contribuyendo a un turismo más justo y equilibrado.
Como empresarios, tenemos la responsabilidad de generar riqueza y de aportar valor a la sociedad, y lo hacemos con seriedad, con calidad y con la convicción de que el turismo puede y debe ser un motor de cambio positivo. En Iberostar, seguiremos trabajando con este compromiso, impulsados por una visión de futuro que priorice el bienestar de las personas y la conservación de nuestro planeta. Porque creemos que es posible disfrutar del mundo sin agotarlo, y estamos dedicados a hacer realidad esta promesa.
Quiero aprovechar esta ocasión para expresar mi más sincero agradecimiento a todos aquellos que han hecho posible nuestra trayectoria en Iberostar. Me siento profundamente orgulloso de haber dedicado mi vida al turismo, una industria que nos conecta con el mundo y que nos permite impactar de manera positiva en la vida de millones de personas. Quiero agradecer también a mis colegas y competidores en el sector, con quienes comparto no solo la competencia, sino una relación de respeto y, en muchos casos, de amistad. Hemos recorrido juntos un camino lleno de retos y satisfacciones, y estoy convencido de que, unidos, podemos afrontar con éxito los desafíos que nos depara el futuro.
Finalmente, mi gratitud más especial es para todos los que forman la familia Iberostar. Su dedicación, su pasión y su compromiso son el verdadero motor de nuestra empresa y la razón por la que hemos alcanzado los logros que hoy celebramos. Sin ellos, nada de esto sería posible. A todos y cada uno de ellos, gracias por formar parte de esta aventura y por contribuir, día a día, a construir un turismo que deja una huella positiva. Creo que lo estamos consiguiendo.