Su vida se fue jalonando de logros y nuevas incursiones empresariales, algunas de ellas incomprendidas en su momento pero que demuestran el ADN de un hotelero que batalló ante todos
La figura de Gabriel Escarrer Juliá está estrechamente ligada a la historia del turismo español y balear por sus logros empresariales y personales. Empezó a los 21 años en el mundo hotelero y desde el primer momento ya hizo gala de su actitud pionera y visionaria. A finales de los años 50 crea la cadena Sol, que con el paso del tiempo pasó a denominarse Meliá Hotels International y cotizar en la Bolsa.
Conocer de forma directa a Escarrer siempre ha sido un honor, porque uno se ha encontrado frente a una persona emprendedora que ha tenido las ideas claras y con el objetivo de crear una empresa modélica aquí, en Mallorca y resto de Islas, así como en España y, muy especialmente, en todo su desarrollo expansivo a nivel internacional auspiciado a mediados de los años 80 con su primer hotel en Asia, el Meliá Bali.
Siempre ha tenido claro que debía contar con el mejor equipo de ejecutivos y rodearse de profesionales de primer nivel para cumplir sus retos personales. Aquí, entra en juego la figura de Juan Vives, mano derecha de Escarrer durante muchas décadas y que es el vivo ejemplo de cómo se lleva una empresa. Sus hijos, Sebastián y Gabriel, han seguido a pies juntillas en diversas épocas esta estrategia personal.
Gabriel Escarrer, con todos sus avatares personales y profesionales en sus inicios porque nadie le regaló nada, siempre confió en el asociacionismo y defendió a ultranza a la industria turística ante todos los estamentos políticos. Persona batalladora, era muy humano y supo mantener sus relaciones personales a nivel empresarial, periodístico e institucional como algo prioritario. Supo desde el primer momento, más con la llegada de la democracia, que el binomio sector privado y sector público debían ir de la misma mano, aunque en ocasiones ello le granjeara animadversiones y quebraderos de cabeza.
Su expansión internacional ha sido ejemplar y si hay una imagen que resume esta trayectoria, ésta es la relación tan estrecha que mantuvo con Fidel Castro, en su llegada a Cuba con la inauguración del Sol Palmeras.
Su vida se fue jalonando de logros y nuevas incursiones empresariales, algunas de ellas incomprendidas en su momento pero que demuestran el ADN de un hotelero que batalló ante todos y que siempre ha tenido el reconocimiento de sus competidores, así como de los gobiernos de los países en los que Meliá está presente. Un visionario ejemplar que ha marcado la pauta a otros empresarios del mundo turístico y que deja un legado difícil de igualar, en el que su hijo Gabriel Escarrer Jaume, CEO y presidente de Meliá, sigue sus pasos para engrandecer, aún más, a la principal cadena hotelera española.