Las infecciones por el virus de la parotiditis, más popularmente conocidas como paperas, se previenen con la vacuna triple vírica, que también protege contra otras enfermedades como el sarampión y la rubeola, y que se dosifica de manera gratuita en esta comunidad en dos pautas, a los doce meses y a los tres años de edad. No obstante, de los 4 a los 65 años es el periodo ventana en el que la vacunación contra esta enfermedad es recuperable.
Por islas, 17 de los 26 casos diagnosticados en 2023 se dieron en Mallorca, 6 en las Pitiusas y 3 en Menorca. El rango etario de estos contagios fue de los 14 meses a los 84 años, aunque 14 de ellos (el 54 %) tenían menos de quince años. Dos de estos pacientes tuvieron que ser hospitalizados y se confirmaron mediante pruebas serológicas de laboratorio 18 de los 26 pronósticos.
Vacunación
En los diagnósticos del año pasado había constancia de una vacunación completa en 16 de los 26 casos, en un caso la pauta vacunal no se había completado y en dos no se había producido. Por ello, Salud Pública concluye que al menos diez de estos contagios se podrían haber prevenido en caso de haber estado correctamente vacunados. En línea con lo anterior, de los 1.183 casos de parotiditis registrados en las Baleares desde el año 2012, un 61 % estaban correctamente vacunados y un 5 % lo estaban de manera irregular para su edad y, por tanto, un 28 % de los contagios de la serie (331) se podían considerar prevenibles.
La parotiditis o paperas es una enfermedad infecciosa originada por el virus Paramixovirus que se transmite a través de las gotas de saliva. Es muy contagiosa, pero menos que el sarampión o la varicela. Se caracteriza por la inflamación aguda unilateral o bilateral, dolorosa, de la parótida u otras glándulas salivares.
Las paperas pueden provocar trastornos del sistema nervioso central, tales como encefalitis (inflamación del cerebro) y meningitis (inflamación del revestimiento del cerebro y de la médula espinal). Otras complicaciones incluyen artritis, problemas renales, inflamación de la glándula tiroides, de los senos y sordera.
Por esta causa, se incluye en el calendario vacunal de este país desde el año 1981 y se encuadra como enfermedad de declaración obligatoria desde 1982. Aunque se trata de una enfermedad más frecuente en niños y adolescentes, también puede causar infecciones en adultos sensibles. Como la enfermedad produce inmunidad de por vida, puede ser prevenida con la administración de una vacuna en tiempos posteriores a los fijados en el calendario vacunal oficial.
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