Una embarcación fue rescatada al norte de Menorca el pasado mes de octubre tras varias semanas a la deriva. Los supervivientes cifraron en una decena los desaparecidos solo en ese viaje, uno de los incidentes más graves conocidos este año. | R.L.

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La ruta más peligrosa del Mediterráneo. La ONG Caminando Fronteras cifra en 517 las personas que perdieron la vida tras embarcar en una patera en Argelia para llegar a Balears o al Levante peninsular. La organización, que se nutre sobre todo de la información facilitada por familiares de los migrantes en origen, apunta a que en el año de mayor actividad jamás vista en el trayecto, fueron 43 las tragedias ocurridas en el Mediterráneo y que al menos 26 embarcaciones están totalmente desaparecidas.

De acuerdo con ese dato, por cada diez personas que han llegado a Balears a lo largo de 2024, una se ha dejado la vida en la travesía. Hasta el día de hoy, las Islas han registrado un flujo nunca visto de 333 pateras en doce meses. Son 5.596 los migrantes que han llegado, según los datos de la Delegación del Gobierno. La cifra no tiene parangón. Duplica de largo la del año pasado o la de cualquier otro periodo que se tome como referencia.

Caminando Fronteras, en su informe anual, destaca el incremento de personas hacia las Islas, «la zona más peligrosa de la ruta». «Los puntos de salida se han expandido hacia Argel y las costas al este de la capital desde destino s que se dirigían al Mediterráneo Central». El informe apunta a mayores distancias y más posibilidades de perder el rumbo. También a un cambio en el perfil de los migrantes. «Mientras que antes predominaban personas de Argelia, ahora hay un número creciente de personas procedentes del Sahel, África Occidental, África Oriental y también de Asia». Mencionan sirios, palestinos y yemeníes. Los migrantes de estos orígenes son ya cuatro de cada diez.

Parte de la explicación al aumento de actividad de la ruta está en la política llevada a cabo por la Unión Europea hacia Túnez. La UE ha financiado al régimen de Kais Saied y parte de la solución ha sido deportar migrantes hacia Argelia. «Estas prácticas han sido documentadas desde 2023 y se han intensificado en 2024 tras un endurecimiento de las políticas migratorias». Así, personsa que intentaban atravesar Libia o Túnez se ven arrojadas más al oeste y pasan por Argelia, lo que suma meses de paso por el desierto sin acceso a agua ni comida. Las deportaciones tunecinas suponen en particular un riesgo especial para mujeres e infancia. La ONG denuncia vulneraciones de derechos humanos y violencia de forma reiterada.

Caminando Fronteras también denuncia falta de transparencia por parte de las autoridades españolas respecto a las desapariciones, en especial en torno a Balears. «Siguen siendo mayoritarias las búsquedas pasivas y hay una escasa colaboración entre los países», apuntan.

Deficiencias en los protocolos

Caminando Fronteras señala que, del análisis de las tragedias ocurridas en la ruta desde Argelia, se despreden «serias deficiencias en los protocolos de búsqueda y rescate». Las alertas de familiares llegan tarde o los medios no son suficientes.