Turistas recorriendo Mallorca en autocares. | Elena Ballestero |PALMA

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La flota de transporte discrecional de pasajeros de las Islas ha crecido en torno a un 15 % desde 2019, en paralelo a una reducción progresiva del tamaño medio de sus vehículos. Esas son las estimaciones de la Federación Empresarial Balear de Transportes (FEBT), quien apunta al cambio de modelo de los hábitos turísticos como el gran artífice de esta metamorfosis.

La progresiva pérdida de protagonismo de los paquetes vacacionales y de los grandes grupos de visitantes que aglutinaba la turoperación tradicional arranca bastante más allá de la crisis pandémica, si bien muchos sectores han acelerado la adaptación de su operativa a esta tendencia en los últimos años. Ese es el caso del transporte discrecional de viajeros, que ha optado por ganar en flexibilidad y variedad de oferta con vehículos más pequeños. De esa manera, las empresas tienden a ir jubilando los grandes autocares, ideales para el desplazamiento de los nutridos grupos de hace unos años, pero poco efectivos ante las características del tipo de demanda actual.

«Tenemos un turista cada vez más independiente, con pequeños grupos de gente que quiere ver el máximo de cosas y visitar el máximo de lugares en poco tiempo», explica la gerente de la FEBT, Petra Mut, quien concluye que «vienen menos días que antes, pero se mueven mucho más».

La evolución del perfil de viajero, añade, «ha provocado que la flota de mayor tamaño se vaya reduciendo y se vaya apostando por vehículos más pequeños», como microbuses o furgonetas que permitan excursiones más ágiles y para grupos más reducidos que antaño. De este modo, «vehículos de transporte de 50 plazas hay cada vez menos. Y van a seguir reduciéndose».

Estancia media

De hecho, la reducción de la estancia media de los turistas -que ha bajado en los últimos años, pero se mantiene en torno a los seis días- preocupa al sector tanto como la contención del gasto constatada este año. Sin ir más lejos, la oferta complementaria en bloque se ha quejado esta temporada de que la facturación no ha respondido a las expectativas generadas la pasada primavera, en gran parte por culpa de un encarecimiento generalizado de la oferta que ha dejado al visitante con menos margen económico para consumo y actividades extraordinarios. Los gastos de desplazamiento y alojamiento -aviones y hoteles- se han comido más parte del presupuesto que nunca.

Además, este auge del viajero autónomo, que organiza la ruta por su cuenta y sin necesidad de intermediarios, se traduce en un mayor uso de los coches de alquiler, sector que este año en el Archipiélago ha logrado equiparar su volumen de operaciones al de 2023 a costa de bajar los precios.
Si hay una isla que está notando más esta contención del gasto, esa es Ibiza, donde el sector del transporte discrecional «se ha resentido bastante este año». La patronal del transporte discrecional, admite Mut, lo observa como un serio aviso de lo que pueden deparar temporadas venideras, ya que «Ibiza es siempre la isla que estornuda primero cuando Baleares se resfría».

Modernización de la flota

La Dirección General de Mobilitat está tramitando una nueva ampliación de las ayudas para la transformación y modernización de las flotas de transporte de viajeros y mercancías por carretera -una línea financiada con fondos europeos- con la incorporación de 1,13 millones de euros más, hasta llegar a los 9,8 millones. Asimismo, el Govern ha adaptado este año la convocatoria con una redistribución de los importes que beneficia las líneas más demandadas por las empresas: ayudas para desguace de vehículos antiguos y ayudas para adquisición de vehículos de energías alternativas bajas en carbono.