Antoni Riera hoy en el CaixaForum. | miquel angel canellas serra

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Baleares gana posiciones en el ranking del desarrollo turístico europeo, pero eso sigue sin traducirse en un avance significativo del bienestar social. «Lo que está en riesgo es que Baleares pueda seguir desarrollándose de la mano del turismo». Así lo ha resumido el director técnico de Impulsa Balears, Antoni Riera, en la presentación de hoy en el CaixaForum del Índice de Desarrollo Turístico (IDT), elaborado por la fundación y que se plantea como uno de los marcos de trabajo para afrontar dos retos principales: gestionar la creciente y diversa afluencia de visitantes y reconectar el turismo a la senda del crecimiento y bienestar regional. En definitiva, dejar de ser solo líder en mercado turístico para pasar a serlo en desarrollo turístico.

El documento -que se actualiza trianualmente desde 2019 y que debe servir como uno de los estudios de referencia del Pacto per la Sostenibilitat- concluye que el Archipiélago continúa explotando fortalezas que le permitieron dar el gran salto económico en el siglo pasado, pero que empiezan a entrar en contradicción con las demandas de los nuevos tiempos, empezando por la sostenibilidad social y ambiental. En palabras de Riera, se sigue apostando por «un desarrollo propio de una época de crecimiento intensivo que tuvimos entre los años 60 y el año 2000». Pero el modelo de futuro, advierte, «no pasa por la intensidad, sino por la excelencia», y, lamentablemente, «hoy Baleares no es excelente, es intensiva».

Así, las Islas continúan capitaneando muchos de los apartados que definieron el éxito turístico hace décadas. Su posición en el IDT es muy destacada, ya que ocupa el puesto número 11 en un listado de 325 regiones turísticas del entorno europeo y mediterráneo, pero se mantiene en el vagón de cola o muy retrasada en otros pilares de la industria llamados a definir el futuro de la misma, como la sostenibilidad de la demanda (puesto 308) o la sostenibilidad ambiental (128).

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Carmen Planas, Marga Prohens, Maria Cruz Rivera y Toni Riera.

Se trata de realidades que llevan a cuestionar ese liderazgo turístico indiscutible en materia de llegadas, facturación o cuota de mercado para analizarlo desde otros prismas. Por ejemplo, Baleares ya no es capaz de traducir ese liderazgo del capital turístico en renta per cápita tal y como hacía en la década de los 80. Según Eurostat, el Archipiélago se sitúa como región número 140 en PIB per cápita. Entre las debilidades destacables o aspectos a mejorar se cuentan el ratio de trabajadores con formación, uso de nuevas tecnologías y proceso de digitalización, movilidad terrestre o aprovechamiento de los recursos culturales. Apartados en los que mantiene puntuaciones «muy mejorables».

Riera mantiene que la comunidad es capaz de ser líder en IDT sin ser intensiva en plazas turísticas. De hecho, hay otras regiones que lo consiguen y ese es el modelo que se pretende emular. La batalla por la intensidad -plazas, llegadas, relación calidad-precio...- es la que libran otros destinos como Antalya (Turquía) o Mar Rojo, definidos frecuentemente por los turoperadores como competidores de Baleares, pero que en realidad son estandartes de un modelo del que las Islas deben huir, asevera Riera. «Sería una lástima que teniendo las capacidades que tenemos y que no tienen esos destinos quisiéramos jugar al juego de Antalya». Y subraya que «ninguna región puntera, las integrantes del top 65, juega la carta de la relación calidad-precio», cosa que sí hacen los destinos arriba reseñados.

«Hay que empezar a trascender la actividad turística y cultivar nuevas parcelas en la esfera regional, aprovechar esta historia de éxito y afrontar el futuro en un marco de disrupción», ha sentenciado Riera.

El acto en el CaixaForum ha contado con la intervención de la presidenta del Govern, Marga Prohens; la presidenta de la patronal CAEB y de Impulsa Balears, Carmen Planas, y la delegada territorial de CaixaBank en Baleares, María Cruz Rivera.