Noemi Rotger salió durante la Cabalgata de Reyes en Palma con un cartel y un megáfono: «Vendo un estudio en la Plaza Mayor, oportunidad de inversión»

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Ni la propia Noemi, vecina de Palma aunque con residencia habitual junto a su familia en China, podía imaginar lo que ocurriría al sacar el cartel de venta de un piso en mitad de la Cabalgata de Reyes 2025, celebrada el pasado 5 de enero en el centro de la ciudad. Ese gesto suscitó una oleada de reacciones y lo que es peor, destapó un cruce de denuncias entre una propietaria y una inquilina que recrudece el debate sobre la 'okupación' y las leyes que la fomentan o inhiben. Pero la historia no es tan sencilla (o compleja) como parece. Muchos hechos trascendentales que no se han contado definen una realidad diversa a la de una 'okupación' de manual como la ocurrida en el apartahotel de Cala Bona. En esta, hay mucho más detrás.

Sacar el cartel a desfilar

Fue el detonante. El inicio de la polémica. El cartel se pudo ver durante la retransmisión de la Cabalgata, además de a través de los vídeos que muchos viandantes grabaron con sorpresa al toparse con la propietaria. Llevaba un pequeño megáfono en la mano y lanzaba un mensaje en tres idiomas: castellano, inglés y chino: un estudio 'okupado' por 138.000 euros en pleno centro de Palma, donde pequeños pisos similares pueden alcanzar precios desorbitados de entre 200.000 a 400.000 euros. La oferta llamó la atención de muchos y según la propia Noemi, recibió decenas de llamadas esa noche. Aunque también salió en prensa y al hacerlo, toda la historia salió a la luz.

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      En principio, parecía que lo de la propietaria, experta en Marketing y Expansión Internacional, había sido una estrategia publicitaria para conseguir una venta con el 'handicap' del 'okupa' en su interior; pero no era la primera vez. Varios testimonios aseguran haber visto a Noemi días antes con el mismo cartel; incluso otros, hace varias semanas y en barrios como La Vileta, vendiendo otros bienes, como una parcela o una cafetería. Seguramente porque, como ella misma explicó, llegó de nuevo a la isla durante el primer trimestre de 2024 con la intención de vender sus pertenencias en Mallorca para poder mudarse definitivamente a China junto a su marido y su hija, que allí la esperan.

      La 'okupa' que no es 'okupa' ni 'inquiokupa' sino una inquilina morosa

      Una mujer vive en el estudio de Noemi. Teóricamente con sus tres hijas, aunque una de ellas ya es mayor de edad. Aseguran sentirse aterradas y con ansiedad debido a la atención vecinal y mediática que captó el cartel. Defienden haber entrado en el estudio mediante un contrato de alquiler y con un pago de renta de 400 euros mensuales, que pagan una única vez. Con ese contrato se empadronan en la vivienda y al empadronar menores, la vulnerabilidad por la que se rige la Ley de Vivienda ya no permite ni lanzamiento ni desahucio. Parece claro que la moradora lo sabe pero su abogado arroja una cuestión interesante: «No sé quien se ha inventado la palabra 'inquiokupa' pero es totalmente incoherente, si uno es un inquilino, no puede ser 'okupa' a la vez», afirma. Técnica y judicialmente tiene razón. Las intenciones de la mujer podrían ser dudosas desde el principio, sobre todo tras haber abonado una única cuota de alquiler, pero aún así, no 'okupó' el piso a la fuerza sino mediante una firma. ¿Provoca eso tener derecho a residir en el estudio en el que está? No, por supuesto que no; pero tendrá que dirimirse en un juicio a pesar de sí ser una inquilina morosa.

      La inquilina vive en la primera planta de este edificio de la calle Rubí, en pleno centro de Palma, junto a Plaza Mayor

      Vulnerabilidad, 'okupación' y sufrimiento de los propietarios

      ¿Es la Ley de Vivienda la única razón para que se produzcan estos episodios? Rotundamente, no, aunque es una de las principales causas. Varios aspectos de la ley han provocado que las mafias actúen 'okupando' todo tipo de establecimientos para luego subarrendarlos a otros. Fomentar los empadronamientos falsos. Certificar un uso de vivienda mediante 'tickets' imposibles. Ya lo dicen, hecha la ley, hecha la trampa. Sin duda, un texto legal que una gran mayoría de españoles pide revisar.

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      Los demás ingredientes también son claros: precios desorbitados y sin regular, el capitalismo como única vía de construcción y gestión de pisos, viviendas vacías sin tratar, tensión en zonas turísticas y más. Muchos propietarios ni siquiera son conscientes del momento en el que 'okupan' su vivienda porque no viven en ella y no es ni su segunda ni su tercera residencia. ¿Pudo ser el caso de Noemi? Llama poderosamente la atención que la denuncia de este caso contra la 'okupa' se interpusiera el pasado mes de marzo de 2024, cuando en el piso se empadronó esta madre el 1 de septiembre de 2022. Durante un año y medio nadie le hizo ninguna reclamación.

      Noemi trata de recuperar su piso y puso una denuncia el pasado mes de marzo de 2024 por un delito de usurpación de bien ajeno.

      ¿Quién alquiló la vivienda?

      La propietaria asegura que nunca ofreció a la moradora un piso de alquiler: «una mujer a la que le alquilé el piso, que es un familiar lejano, subarrendó la vivienda sin mi consentimiento ni mi conocimiento», explicó a Ultima Hora. Con esta declaración, Noemi da por sentado que existe un contrato de alquiler, aún siendo fraudulento, por lo que el delito directo por el que se acusa a la moradora, usurpación de un bien ajeno, será difícil de validar.

      Un estudio minúsculo sin cédula de habitabilidad

      La moradora vive en 33 metros cuadrados. Según el Catastro, se trata de 56 pero hasta la propietaria ha admitido que la superficie se dividió de forma desigual dejando el estudio en cuestión con veinte metros menos. «Hay otros veinte metros que le faltan y que estoy intentando recuperar, porque se trata de una propiedad horizontal», explicó Rotger. Un estudio tan pequeño y sin cédula no podría ser un objeto alquilable, circunstancia que tampoco validaría el contrato que se estableció en marzo de 2024. Aunque el tamaño del piso también rompe una lanza en favor de la propietaria. ¿Puede una madre convivir con sus tres hijas en poco más de 8 metros cuadrados por cabeza sin tener ninguna habitación? La necesidad aboca a muchas personas a vivir en estas condiciones pero puede no ser el caso de esta moradora y que las hijas estén sólo registradas en el padrón por lograr la vulnerabilidad y no por necesidades de vivienda; hecho que no se ha podido contrastar por protección a las menores.

      Éste es el anuncio real del estudio en el que no hay nada más que esa sala principal, junto a una pequeña cocina y un baño; sin habitación.

      Un giro de guion inesperado para acabar

      El mundo al revés, dicen algunos. La moradora cuenta con un abogado privado que defiende y defenderá su causa. Noemi dice que no lo tiene. Ella, propietaria legal del estudio, es quien debe afrontar un complejo proceso judicial sin poder recuperar su vivienda para irse a China con su familia. Ahora, enfrenta otra denuncia. La moradora es quien ha denunciado a la propietaria por acoso al haberla llamado 'okupa' en público y suscitar tensión y atención mediática en los alrededores de la casa.

      «La mera idea de que mis hijas menores de edad y yo nos viéramos en televisión siendo consideradas ‘como okupas’ provocó que el agobio pasara a convertirse en ataques de ansiedad de mi persona y de mis hijas menores. Tengo miedo de salir a la calle», explicó la mujer. Por si fuera poco novelesco el caso, la llamada de un tal Juan, lo enrevesa más aún. Alguien ofreció a la moradora una compensación económica por abandonar el estudio. Curiosa coincidencia con la llamada anónima que ofrecía desalojar a los 'okupas' por 300.000 euros. ¿Hay algún empresario o fondo de inversión interesado en solucionar estas situaciones para adquirir luego los pisos? ¿Casualidad?

      El proceso judicial seguirá su curso mientras la sociedad continúa abriendo brechas sociales con discursos populistas que no acaban de dar soluciones a ninguno de los gravísimos problemas de vivienda que asolan este país. Como muestra, un botón.