OKUPACIÓN EN MALLORCA

Okupación de hoteles en Mallorca: una amenaza cerca del inicio de la temporada turística

El caso del Bellevue activa las alarmas tras el mediático precedente de Cala Bona y la judicializada espera del propietario de unos apartamentos en Cala d'Or

Puerta pintada de uno de los apartamentos okupados en el complejo Bellevue. | F.F.

TW
85

A pocas semanas para el banderazo de salida a la temporada turística, y ya con algunos establecimientos abiertos en pleno mes de febrero, que se suman a los contados que, fuera de Palma, se encuentran operativos durante todo el año, los diferentes casos de okupación en varios escenarios de la Isla han causado preocupación y alarma entre los propietarios y responsables de estos establecimientos y en el grueso del sector, que ha seguido con inquietud estos hechos que, en su última versión, han trasladado inquietantes imágenes de la presencia de okupas en un bloque completo de apartamentos del complejo Bellevue, en el Port d'Alcúdia.

Ha sido el del edificio Neptuno II el más multitudinario de los tres más mediáticos y destacados que siguen o han estado en activo durante este invierno. Es el que mayor volumen de personas ha movido, por el momento, pero si uno dio el salto a la primera línea informativa es el de un apartahotel de Cala Bona, que a mediados del mes de enero convirtió a ese núcleo turístico del litoral de Son Servera en epicentro de un fenómeno que puso en alerta a los hoteleros. Una alarma que sigue activa con buena parte de la planta todavía cerrada.

Estado de uno de los apartamentos del complejo Bellevue. Foto: F.F.

El del apartahotel Sol y Mar de Cala Bona es un caso que se encuentra bajo investigación. El asalto al edificio en la noche del pasado 12 de enero, según la versión de los okupas llegando a reunir a más de 30 personas -entre ellas niños, mayores y mujeres-, contrastando con la de los gestores del establecimiento, los vecinos y los agentes de la Policía Local y la Guardia Civil, que no reportaron más de cinco o seis okupas, fue un suceso de escala nacional.

Interior de la recepción del apartahotel Sol y Mar, repintado y despejado. Foto: F.F.

Resistieron cuatro okupas, que tras vivir sin agua ni luz, y después de varias horas de tensión con el personal del recinto y el administrador del apartahotel, Miquel Deyà, acabaron por abandonar por su propio pie las habitaciones okupadas, firmando un documento en el que se comprometía el último a no emprender acciones legales contra ellos. Entre medias, un sospechoso coche de alta gama que avituallaba a través de otras personas desde el exterior, ofertas de desalojo a cambio de 300.000, primero, y más tarde de 240.000 euros...

Y un giro radical de los acontecimientos, cuando los propietarios del Sol y Mar denunciaron ante los medios que los actuales administradores mantenían una elevada deuda con ellos -cercana a esos 240.000 euros- y les señalaron como 'inquiokupas' y promotores de alguna manera de una okupación cuyo origen y parte impulsora es el interrogante clave para despegar muchas preguntas que siguen en el aire y en cuya resolución trabajan los investigadores.

Exterior del apartahotel Sol y Mar de Cala Bona. Foto: F.F.

Entre medias, la absolución del padre del administrador del Sol y Mar por un supuesto delito de estafa (medio millón de euros) en un contencioso que llevaba años esperando resolución por parte del TSJIB, y que se juzgó días después de que explotara el caso de okupación en Cala Bona. Ahora, todo queda a la espera de la resolución de la investigación, que debe determinar las líneas a seguir para esclarecer los entresijos de este caso.

Asalto al Bellevue

Si el caso de Cala Bona acabó resolviéndose por desgaste de los okupas, el caso más alarmante ha sido el de un bloque de apartamentos del complejo Bellevue, el Neptuno II, en el Port d'Alcúdia. Allí, decenas de personas, de diversas nacionalidades, grupos de edad y perfiles sociales, han allanado los apartamentos de las tres plantas, la baja y las dos superiores. En su camino, han forzado las puertas, reventadas en algunos casos, instalado candados o nuevas cerraduras para marcar su terreno, además de causar destrozos en algunos de los espacios.

Acceso apuntalado al edificio Neptuno II del complejo Bellevue. Foto: F.F.
Noticias relacionadas

No tienen agua, pero sí suministro eléctrico y varios niños residen en unos apartamentos en mal estado y en los que los desperfectos se suceden en el interior y el exterior del bloque, el que peor estado de conservación muestra dentro del complejo. Mientras en otros casos se resisten a abandonar los apartamentos okupados, en el Bellevue aseguran que en un tiempo deberán dejarlos, aunque no es una opinión que compartan unánimemente.

Mientras, de los balcones cuelgan toallas y ropa que delata la presencia del grupo de okupas, que ha intentado acceder a la red de agua sin suerte y convive en un edificio en el que las condiciones higiénicas y de seguridad no son las mejores, a la espera de noticias por parte de la dirección del establecimiento, en el que hay una serie de apartamentos que sí están ocupados por trabajadores.

Cristales rotos en el interior de un apartamento del complejo Bellevue. Foto: F.F.

Cala d'Or, atrapados desde la pandemia

El otro frente de la okupación en establecimientos turísticos nos traslada a la otra punta de Mallorca. A Cala d'Or, en las proximidades de Cala Gran, en el centro neurálgico de la conocida zona turística del municipio de Santanyí. Allí, el propietario de un complejo de apartamentos que yace abandonado, cerrado tras ser masivamente okupado durante la pandemia -su último año de actividad fue 2019-, pelea con la decena de okupas que siguen atrincherados en varias construcciones de la parte posterior.

Exterior del complejo de apartamento okupado en Cala d'Or. Foto: Alejandro Sepúlveda

Se trata de una familia de etnia gitana, sumando una decena de personas en total entre las que hay niños y personas mayores, que han dejado claro que sólo un juez les va a obligar a abandonar las que son sus viviendas. Jordi Chalé, titular del bloque conocido con el sobrenombre del 'Son Banya de Cala d'Or', tiene varios frentes judiciales abiertos; por un lado, el desalojo de los okupas del complejo qur recibió en herencia, además de otras denuncias por agresiones pendientes de resolución.

Le han pedido 10.000 euros por cada bloque que se libere, pero mientras los apartamentos siguen cerrados y deteriorándose, su dueño se resiste a dar su brazo a torcer ante unos 'inquilinos' que aseguran tener contrato y el visto bueno del anterior propietario, recordando, siempre según su versión, que llevan algunos hasta 16 años viviendo allí, siendo muchos trabajadores de la hostelería, e incluso temporeros de la Península que encontraron allí una vivienda a coste cero durante el verano.

Uno de los bloques okupados en Cala d'Or. Foto: F.F.

Actualmente son cerca de una decena, pero Jordi Chalé ha llegado a contabilizar hasta unos 70 apartamentos okupados, escudándose en la pandemia, momento álgido del allanamiento de su propiedad, que requerirá de una importante inversión para volver a salir a flote, en un enclave privilegiado dentro de Cala d'Or, que a medida que ha ido recuperando ha blindado o tapiado.

Estos tres caso han sido los más sonados y mediáticos de un fenómeno, el de la okupación de establecimientos hoteleros en Mallorca, que ha marcado en buena medida el invierno para el sector, que ha tomado buena nota y, a buen seguro, de cara al final del presente año e inicios de 2026, extremará las medidas de seguridad, como más de uno ha hecho ya ante el peligro latente de este fenómeno.