Una mañana fue con su familia a buscar un libro relacionado con las altas capacidades pero todo lo que encontraron fue textos psicológicos o cuentos infantiles. «Quería un libro de otros niños como yo y no lo encontré así que esa misma tarde decidí escribirlo yo». Ese primer borrador tenía cuatro capítulos, su madre Eugènia mandó el material a Disset Edició. La editorial le apoyó y hace pocos días ha salido publicado. «Me gustaría que las escuelas lo compren para que los niños lo puedan leer», apunta.
En su libro habla sobre todo de música y matemáticas, dos de sus grandes pasiones, pero también de deportes como el judo; pues es subcampeón de Balears en catas de esta disciplina en su categoría.
«Todo está hecho con matemáticas», asegura. Dice que los números «le vienen» y que le gusta «encontrar el sentido matemático de las cosas». Por ejemplo, cuando pasea por la calle siempre se fija en las matrículas de los coches y suele preguntar la edad antes que el nombre de las personas.
Cuando su madre cumplió 42 años, Adrià le escribió una carta a modo de felicitación en la que le explicaba que el cuerpo humano tarda siete años en renovar todas sus células; por lo que, ese año su madre había cambiado ya todas sus células seis veces.
Hasta hace poco, las horas de clase eran aburridas para Adrià: «Antes me sentía solo, porque todo era muy fácil y creo que nadie me entendía. Me sentía un bicho raro. Ahora, me siento mejor, y en el colegio me ponen trabajos más difíciles; me siento como los otros». Tal era su aburrimiento que Adrià dedicaba las clases a contar mentalmente: «Sumaba uno más uno, que son dos; luego dos más dos, que son cuatro y así hasta acabar la clase. Mi récord fue llegar a 32.184». «Siempre era el último en acabar la tarea. Me llamaban ‘el lentorro’. Después dejé de sumar y empecé a multiplicar mentalmente». Está en cuarto de Primaria, hace trabajos más difíciles que el resto de compañeros y Matemáticas con la clase de quinto. Adrià explica que en su colegio «hacen falta más recursos» para personas como él, ya que «solo hay un orientador que viene dos veces a la semana».
En el futuro quiere seguir escribiendo sobre la misma temática y contar su evolución, así como escribir otro libro sobre trucos para cantar mejor; pues ama cantar. De hecho, ha debutado como solista cantando La Sibil·la con la capilla mallorquina de Santa Eugènia estas Navidades y el Requiem de Forrest con la Orquesta Sinfónica de Balears, hace un mes y medio. Sobre los superpoderes, dice que todos los niños tienen alguno pero, «no todos son los típicos de los superdotados». «Algunos corren rápido o son muy fuertes. El problema es que la gente se fija en lo malo, en lo que no sabe hacer y no en lo que sí tiene».
32 comentarios
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Me recuerda un poco a Puigdemont.
Adrià, no hagas caso a tanto envidioso y sub.... que te critica, ya sabes que España y en concreto Baleares el pecado original es la envidia
Superpoderes??? Jajajaja
En este pais ser superdotado o no es lo mismo, mismo futuro laboral.
Luís Salom S. PO¿Qué parte no comprendes de todo esto? Dudando de un tema tan profundamente estudiado. Es lo que tiene un superdotado, que a edades tempranas tiene un lenguaje semejante al de un adulto culto. Veo que no has conocido a ninguno. Puedes buscar alguno famoso: el Dr. Carlos Blanco, por ejemplo (conocido por salir en «Crónicas Marcianas» cuando era un niño y ya era el egiptólogo más joven de la historia).
AquíDesig que mai persones amb els pensaments errodegs tenguin fills neurodivergents. Seriu la roca dins la seva sabata que els impediriu avançar, creixe. Adrià, només es envege.
Lo peor de este país no es el escaso reconocimiento a niños con altas capacidades o las nulas ayudas que tienen sus padres. Es la envidia de los otros padres y del “cuñadismo ilustrado” que pasea por las redes.
Ser superdotado no es tener superpoderes, a este chiquillo le están metiendo cosas raras en la cabeza?
Me resulta inquietante ver cómo se presenta abiertamente a un niño como “superdotado” con libro incluido y declaraciones que parecen sacadas de un manifiesto adulto. Cuando se enlaza la "superdotación" con temas ideológicos, libros escritos y frases cargadas de valores adultos, se difumina la línea entre talento real e intereses de quienes rodean al menor. La autenticidad del niño se pone en duda, y lo que podría haber sido una historia inspiradora, pasa a parecer parte de una estrategia o campaña. Etiquetar a un niño de este modo, con solo 9 años, es construirle un personaje antes de que descubra quién es realmente. Además, nada de lo que se menciona en el artículo —ni escribir un libro a los nueve años, ni usar chatgpt, ni repetir ideas adultas sobre valores o ideales— demuestra por sí mismo que el niño sea realmente superdotado. La verdadera superdotación va mucho más allá de un logro puntual o de una narrativa mediática.
DofíSi hagués graus com havia abans, i si hagués 10 graus (de 6 a 17 anys), no haguessis assolit el grau 8 (13 anys). Aquell acosador no hagués pogut passar del segon grau (7 anys) i an el tercer grau (8 anys) no te haguessis topat amb ell, que hauria quedat estancat en el segons grau. An el teu cas el grau 8 te entemerias que no podrias passar i supòs el 98% dels alumnes tampoc el passarian. Hi hauria un problema per els graus 8, 9, i 10 no hi hauria mestres per ensenyar i haurien de esser els propis alumnes triar lo que voldrien aprendre.