El presidente del Gobierno, José María Aznar, ha expresado su deseo
de que 1999 sea «el año de la paz», desde la estación de esquí de
Baqueira Beret donde disfruta de sus vacaciones de fin de año. La
situación creada en Euskadi tras el anuncio de tregua de ETA, la
situación de los presos etarras y las comparaciones sobre la
situación existente entre los condenados del «caso Marey» y la
antigua Mesa Nacional de HB sigue siendo objeto de debate entre los
políticos.
El presidente del PNV, Xabier Arzalluz, considera que una
aplicación de los principios esgrimidos por el Tribunal Supremo en
favor de la concesión del indulto parcial a Vera y Barrionuevo
supondría que «la mayoría de los presos de ETA podrían verse
beneficiados con un indulto en estos momentos».
Arzalluz consideró que la actuación de alto tribunal «ha
supuesto una quiebra en la confianza judicial tremenda» y opinó que
en el País Vasco «hay una vara de medir y allí otra. Hay un
linchamiento para unos y un aplauso para otros», agregó.
El líder nacionalista señaló que el futuro que se presenta a
Euskadi es «absolutamente prometedor», ante el escenario abierto
por la tregua de ETA, las «expectativas» del nuevo Gobierno vasco y
el «soberbio» año económico que ha tenido el País Vasco.
Mostró, asimismo, su decepción por que los presos de ETA no
hayan sido acercado a cárceles vascas. «Esperaba de Aznar "dijo" el
acercamiento de los presos para Navidad, que cese el abuso de la
política penitenciaria».
Para el PNV, según afirmó, el próximo año será prioritaria la
pacificación del País Vasco. «No para todos "consideró" es
prioritaria la pacificación. Hay partidos en los que no ha sentado
bien la forma de llegar la paz, la desearían de otra manera, bien
por una derrota absoluta o bien con determinados beneficios para
alguien, pero no la paz en sí».
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