Esperanza Aguirre se convirtió ayer en la primera mujer que preside
el Senado abogando por trabajar en la reforma de la Cámara para que
se convierta en un instrumento eficaz de vertebración de España. La
nueva presidenta, que utilizó el castellano, catalán, euskera y
gallego en su discurso, accedió a su cargo con los 150 votos que
sumaron los populares y los grupos nacionalistas. La candidata
socialista, la ex presidenta de la Comunidad Autónoma de Murcia
María Angeles Martínez, obtuvo el respaldo de 90 senadores.
Aguirre pronunció un discurso de siete folios y dividido en dos
partes, la primera a modo de introducción en castellano y una
segunda en catalán, euskera, gallego y castellano.
En su intervención "en la que estuvo arropada, entre otros, por
el vicepresidente Francisco Alvarez Cascos y los ministros Angel
Acebes, Margarita Mariscal de Gante, Manuel Pimentel y José Manuel
Romay Beccaría" no faltaron alusiones a la Carta magna y a la
riqueza de la pluralidad de el Estado.
Así, subrayó que la España es hoy «una nación moderna y
avanzada» conseguida mediante «la convivencia libre, pacífica y
ordenada que se deriva de la Constitución». Apuntó la necesidad de
seguir profundizando en este espíritu y recordó que España es un
país plural en sus instituciones, sus lenguas, la variedad de su
cultura y de sus tradiciones. «La rica diversidad es un factor de
cohesión», agregó.
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