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Tras el mensaje que dos encapuchados de ETA hicieron público el lunes en la ETB, las reacciones de los partidos no se han hecho esperar. Unos y otros destacan el sutil desmarque de la banda armada a la llamada 'kale borroka' y la advertencia de no abandonar las armas. Así, el ministro de Interior, Jaime Mayor Oreja, destacó que «de cara a la paz el avance que significa este comunicado es cero». Desde el Gobierno vasco se respondió a ETA que no puede establecerse ningún precio político para alcanzar la paz.

Mayor aseguró que el mensaje de los dos etarras es un retroceso de cara a la paz, ya que «cuando la política está en manos de estrategas de salón, de aquellos que hacen de la táctica el único instrumento y no afrontan la estrategia desde la exigencia democrática, de cara a la paz, el avance es cero» y que el frente nacionalista de Estella «nos aleja de la paz».

Respecto a la afirmación de los dos portavoces de la banda de poner a disposición del Gobierno la posibilidad de abrir una negociación, Mayor insistió en que «ETA ha tenido y tiene temor al diálogo de verdad», porque «lo que quiere es imponer sus posiciones como lo hace el frente nacionalista, pero primero necesita derrotar».

Por parte del Gobierno vasco, el portavoz Josu Jon Imaz respondió a ETA que no puede establecer ningún tipo de precio político para alcanzar la paz, «ya que la paz es de todos y a todos nos corresponde obtenerla por medios políticos y democráticos, en ningún caso con condiciones de tipo político».

Respecto a la 'kale borroka' afirmó que el Gobierno vasco hubiera deseado una actitud más autocrítica por parte de la organización a la hora de reconocer actos de violencia y de amenaza contra representantes y sedes de partidos políticos.

Desde el PP, su coordinador de Comunicación, Rafael Hernando, destacó que ETA dejó «en evidencia» a los grupos que en estos momentos la lucha contra la violencia callejera en el País Vasco «es una provocación», en especial, al PNV «que es quien apoya esas tesis» y a EH «que es quien organiza, al parecer, según la propia ETA, esa lucha callejera».