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El candidato socialista a la Presidencia del Gobierno, José Borrell, quiso dejar claro que no tiene «nada que ocultar» de sus antiguas relaciones con la consultora Esinec, pero advirtió que ello no le impedirá seguir denunciando las irregularidades del PP. En este sentido, insistió en que, en un país con una cultura democrática más exigente, Josep Piqué habría dejado de ser ministro «porque la reacción de los ciudadanos no transigiría».

A su juicio, «el Gobierno quisiera que esas noticias sobre la empresa Esinec fueran un freno a las denuncias del PSOE», pero reiteró que no tiene nada que ocultar al respecto y que dará toda la información que se le pida, pues acepta que «los responsables políticos no pueden ampararse en su condición de personas privadas para eludir el control de sus comportamientos». Eso sí, recalcó que no por ello va a dejar de hablar del comportamiento del ministro Portavoz.

Según explicó, en la polémica de las denuncias de irregularidades en relación con gobiernos municipales del PP, los socialistas se han limitado a realizar «un trabajo de hemeroteca», porque en realidad han sido los jueces los que han actuado, como en el caso Zamora, o los propios militantes del PP, como en Canarias. «No podemos cerrar los ojos ante las irregularidades, ni dejar de leer los periódicos», comentó.