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La muerte de Ramón Rubial, presidente del PSOE, conmocionó ayer la vida política y sindical española que se desplazó a Bilbao, casi en su totalidad, para dar el último adiós al «gran padre de todos los socialistas modernos de fin de siglo».

El Rey Don Juan Carlos envió un telegrama al secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, en el que expresa su pésame a la organización socialista, destacando que Rubial ha tenido una larga vida entregada al servicio de unos nobles ideales y la defensa de los derechos y libertades de los españoles. Además la Familia Real ha envíado otro telegrama a los familiares del fallecido, expresando su máximo sentimiento de pesar.

Desde UGT, sindicato en el que Ramón Rubial jugó un importante papel en su organización durante la etapa franquista, el secretario general, Cándido Méndez, se refirió a él como «un luchador social de una pieza, imposible de reemplazar». En este mismo sentido, CC OO de Euskadi, mediante un comunicado, lamentó la pérdida de Rubial interpretándola como «la desaparición de un trabajador vasco» que deja una «profunda huella» de su trabajo como dirigente político y sindical.

También desde el Partido Popular, cuyos dirigentes se trasladaron a la capilla ardiente, quisieron mostrar su pesar a la familia y al PSOE y coincidieron en asegurar que su muerte es un gran pérdida para la democracia y la política española. Así, el portavoz del Gobierno, Josep Piqué, señaló que el fallecido fue un «extraordinario ejemplo de sacrificio y lucha por la democracia» y añadió que todo el mundo tiene que lamentar esta «irreparable pérdida». Asimismo, el presidente del PP vasco, Carlos Iturgaiz, destacó su «relevancia histórica» y subrayó la gran labor del que fue «primer presidente de todos los vascos» para lograr «la autonomía que tenemos».