González exigió ayer a PP e IU que «pidan disculpas por usar a jueces en contrapropaganda o acusar de asesinos».

TW
0

El ex presidente del Gobierno, Felipe González, aseguró ayer que el PP preferirá «poner en libertad a todos los asesinos de ETA y seguir persiguiendo a los socialistas, que para ellos son sus verdaderos enemigos». El ex dirigente socialista también se refirió al presidente del Gobierno, José María Aznar, quien la víspera comparó su política con la del primer ministro británico, Tony Blair, y la del canciller alemán, Gerhard Schroeder, indicando que con estas palabras «se harta de reir».

El ex dirigente socialista denunció que el PP, al que no mencionó directamente, está haciendo con su persona una «contracampaña» diciendo que él representa al pasado. «Es verdad: el pasado de la lucha contra el final del franquismo y de la dictadura, el pasado de la democracia, de la transición, de la modernización de España y de su inclusión en Europa y en el mundo». En esta línea, González dijo sentirse «orgullosísimo» de representar este pasado, entre otras cosas porque «ellos no tienen». Así, González se definió como «el pretérito democrático», mientras que al PP le calificó como «el pretérito imperfecto». Así, opinó que muchos están «inquietos porque no tengo edad ni para escribir memorias ni tampoco para perderla».

González no desperdició la ocasión para bromear respecto a las afirmaciones hechas por Aznar, quien comparó su política con la de Blair y Schroeder y dijo que el PSOE estaba «apolillado». Tras indicar que lo que realmente le preocupa es que haya un presidente como Aznar «que no es nadie», dijo que se «harta de reir» cuando oye al jefe del Ejecutivo hablar del primer ministro británico, porque le recuerda al anuncio de «llamo a mi primo Tony, el de Zumosol»

Tras las polémicas declaraciones de González respecto a Aznar y Anguita, de quienes dijo que son «la misma mierda», y su rectificación posterior, el ex presidente exigió ayer a PP e IU que «pidan disculpas por utilizar a los magistrados del Supremo en contrapropaganda, insultándoles, o por hechos más graves como acusar de asesinos».