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El rebrote de la violencia callejera en el País Vasco sigue siendo una de las principales preocupaciones del Ministerio del Interior, incluso en época de vacaciones. Así, el ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja interpretó ayer los últimos incidentes como la prueba de que «el mundo de ETA no está próximo a un proceso de paz y que el debate de la violencia aún no está superado». En cualquier caso, apuntó que «hay que ser conscientes de las dificultades de una estructura política como la del mundo de ETA y HB para desmarcarse de la violencia». Precisamente, en la madrugada del martes, varios desconocidos colocaron un artefacto pirotécnico en los bajos del turismo del concejal del PP en Abadiño (Vizcaya), Agustín Ramos. Además, el coche de este concejal ya fue objeto de otros tres ataques por parte de los violentos en el último año. Según confirmaron fuentes de la Ertzaintza, el vehículo sólo sufrió daños en la pintura de una de las puertas y en el cerraje gracias a la intervención de un vecino, que acudió rápidamente a sofocar el incendio.

En este sentido, Mayor Oreja interpretó los últimos acontecimientos violentos como la prueba de que «el mundo de ETA no está próximo a un proceso de paz y que el debate de la violencia aún no está superado». En cualquier caso, el ministro apuntó que «hay que ser conscientes de las dificultades de una estructura política como la del mundo de ETA y HB para desmarcarse de la violencia».

También el presidente del PP en el País Vasco, Carlos Iturgáiz, se refirió a estos hechos y acusó a HB de estar detrás del rebrote de violencia callejera, desde que la antigua Mesa Nacional de HB está en libertad.