El juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, solicitó estos documentos al Gobierno la semana pasada.

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El Ministerio de Exteriores admite que es «materialmente posible» que el Gobierno solicite al Tribunal Supremo un dictamen pero añade que carece de viabilidad porque no es competente, así como tampoco cabe solicitarselo al Tribunal Constitucional.

Estas son parte de las conclusiones que se recogen en cinco informes remitidos por el Gobierno español al chileno respecto a la causa que se sigue en España contra Pinochet y que habían sido solicitados por PSOE y CiU.

Además de la documentación interna del Gobierno, Exteriores entregó a Chile el informe del fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Eduardo Fungairiño, en el que se oponía a la extradición de Pinochet por entender que éste gozaba de la condición de senador vitalicio y al considerar, entre otras razones, que los delitos que se le imputaban constituyen asesinatos o secuestros, pero no genocidio, y que, al haber sido cometidos fuera del territorio nacional, no pueden ser perseguidos por España.

Entre la documentación enviada, Exteriores señala que el hipotético arbitraje no podría imponerse «ni por un órgano jurisdiccional superior jerárquico, ni por el órgano de gobierno del Poder Judicial, ni menos aún por otro poder del Estado (Ejecutivo o Legislativo)». En este sentido, añade que las resoluciones dictadas por Garzón sólo podrán modificarse en virtud de recurso, que sólo podrá ser interpuesto por alguna de las partes personadas en la causa, y en tanto en cuanto no hayan ganado firmeza.

Por otra parte, Exteriores también reconoce que es «materialmente posible» que el Gobierno solicite al Supremo un dictamen, pero admite que el mismo carecería de toda viabilidad porque este órgano carece de título competencial para su emisión.