El gobierno catalán aprobó ayer la concesión de una paga de 7.800
pesetas a los beneficiarios de pensiones no contributivas y de unas
5.500 pesetas a los que cobran pensiones asistenciales, que se hará
efectiva de una sola vez y antes de acabar el año.
El consejero de Trabajo, Ignasi Farreres, explicó que esta
medida beneficiará a los 51.000 catalanes que reciben una pensión
no contributiva, cuyo importe es de unas 38.000 pesetas mensuales,
y a los cerca de 19.000 que tienen una ayuda asistencial, que se
sitúa en torno a las 25.000 pesetas mensuales.
Estas pagas supondrán un gasto de 500 millones para el gobierno
catalán, que saldrán de distintas partidas del presupuesto del
departamento de Bienestar Social.
Tras rechazar las críticas de «electoralismo» por parte de la
oposición, Farreres destacó que la subida se hace con cargo al
presupuesto del gobierno catalán y no de la Caja Unica de la
Seguridad Social, subrayó también que el incremento es sólo para
este año y que no queda consolidado en la nómina de las
pensionistas.
No obstante, afirmó que el gobierno catalán se reserva la
posibilidad, en años venideros, de establecer nuevos aumentos si
persiste el diferencial entre el IPC catalán y el español.
Farreres remarcó que el incremento es sólo «un paso más» en la
pretensión de CiU de conseguir una subida de las pensiones mínimas
en todo el Estado, tanto de las no contributivas como de las
contributivas. El consejero destacó que «la contribución más
importante» de CiU en este debate ha sido conseguir que el Gobierno
de José María Aznar convoque para el próximo mes una reunión de los
firmantes del Pacto de Toledo en que se estudiará un aumento de las
pensiones mínimas. En este encuentro, según avanzó Farreres, CiU
propondrá, entre otras medidas, un aumento de las pensiones de
viudedad desde el 45 por ciento actual hasta el 75 por ciento.
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