El Gobierno estudiará la propuesta de Chile de someter a un
arbitraje internacional la situación del general Augusto Pinochet,
aunque el ministro de Asuntos Exteriores, Abel Matutes, adelantó
ayer que «sinceramente no veo cómo podemos atenderla». Matutes se
mostró dispuesto a estudiar la propuesta chilena «como todo lo que
procede de unos amigos», pero adelantó también su escepticismo al
declarar que no ve «cómo podemos atender esta petición».
Chile solicitó el viernes formalmente al Ejecutivo español que
comience de inmediato conversaciones para someter el «caso
Pinochet» a un arbitraje internacional, después de que el Gobierno
de Santiago levantara la reserva que mantenía sobre el artículo 30
de la Convención Internacional contra la Tortura.
Ese artículo establece que «las controversias que surjan entre
dos o más Estados Partes con respecto a la interpretación de la
presente Convención, que no puedan solucionarse mediante
negociaciones, se someterán a arbitraje, a petición de uno de
ellos».
Representantes de las asociaciones de jueces y fiscales y
abogados de la acusación popular en el «caso Pinochet» coincidieron
en que la nueva petición de arbitraje no tendrá efectos sobre la
causa y lo califican de «cortina de humo».
Por su parte, uno de los abogados de la acusación popular
consideró que la nueva solicitud de arbitraje es «fraudulenta» y
aseguró que «las reservas, cuando se levantan, no pueden tener
efectos retroactivos».
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