El manifiesto denuncia que algunos partidos políticos y
organizaciones «se han negado al diálogo y, con la colaboración de
algunos medios de comunicación, se dedican a sabotear el proceso».
El escrito denuncia que el principal obstáculo del Acuerdo es «el
inmovilismo con el que tropieza», y que ciertas formaciones
políticas, «que ostentan una gran responsabilidad en la solución
del conflicto», no hayan ofertado, a juicio de los firmantes,
«alternativa alguna y estén instalados en una comodidad
irresponsable, negando incluso la existencia del propio conflicto
político».
El documento también hace referencia a la violencia, y considera
como «imprescindible» que desaparezcan todas las manifestaciones
ligadas al conflicto y todos los problemas que se deriven de el,
para lo que propone respuestas «efectivas» a la situación de los
presos. Los integrantes del Foro también expresaron su satisfacción
porque en la sociedad vasca se ha hecho realidad una situación
«llena de ilusión y de esperanza que era impensable hace un
año».
«En nuestra modesta opinión, el enfrentamiento debe dejar paso
al diálogo, al trabajo en común, todos debemos tomar parte en este
esfuerzo y nos comprometemos a trabajar con la responsabilidad y
altura de miras que requiere este momento crucial», manifestaron
Joseba Egibar (PNV), Arnaldo Otegi (EH), Rafael Larreina (EA),
Anton Karrera (IU-EB), Merche Colina (AB), Germán Kortabarria (ELA)
y Rafael Díez Usabiaga (LAB), que comparecieron ante los medios de
comunicación en la presentación del manifiesto, junto con más de 30
organizaciones, entre partidos, sindicatos y movimientos
sociales.
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