El canciller de Chile, Juan Gabriel Valdés, dijo ayer que el
Gobierno británico ha decidido que Augusto Pinochet sea sometido a
rigurosos exámenes médicos a fin de aclarar el verdadero estado de
salud del dictador antes de estudiar las razones humanitarias
alegadas por el Ejecutivo chileno para evitar la extradición.
El canciller explicó que el embajador chileno en Londres, Pablo
Cabrera, recibió ayer del Ministerio del Interior británico una
nota de repuesta a la solicitud en la que Chile pedía la libertad
de Pinochet invocando razones de salud y humanitarias.
En su respuesta, según Valdés, el Home Office dice que
efectivamente el ministro Jack Straw tiene las atribuciones para,
si es que se dan las condiciones (de salud), interrumpir el proceso
de extradición a España del general, que autorizó el pasado 8 de
octubre un tribunal londinense. El canciller agregó que en la
misiva el Gobierno británico acepta que el tema de la salud «es
relevante al decidir la orden de extradición» y que para tomar una
decisión por razones humanitarias «al señor Straw le gustaría estar
convencido de que el estado de salud del señor Pinochet es tal que
justifica un curso excepcional».
«Por lo tanto, nos informa que el Gobierno británico solicitará
a los abogados del general Pinochet que, a su vez, le soliciten a
él, que se someta a un riguroso examen médico realizado por
doctores que van a ser designados por el propio ministro del
Interior británico», preciso Valdés.
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