El ex dictador Augusto Pinochet se sometió ayer, miércoles, a más
de seis horas de exámenes médicos con la esperanza de que le sirvan
de pasaporte para regresar a Chile y evitar su extradición a
España.
Pinochet, de 84 años, fue reconocido ayer por dos geriatras y un
neurólogo designados por el ministerio británico del Interior con
el fin de determinar su estado de salud y poder decidir si continúa
el proceso de extradición o si se le permite regresar a Chile.
El ex dictador pasó más de seis horas en el hospital Northwick
Park de Harrow, al oeste de Londres, donde fue examinado por los
médicos en una zona reservada y aislada del resto del centro
hospitalario. Durante las pruebas médicas estuvieron presentes en
calidad de observadores un facultativo del Ejercito chileno y el
médico de cabecera de la Seguridad Social británica que le
corresponde a Pinochet por la zona en la que reside. Los resultados
de los análisis de sangre, orina y otros estarán disponibles en
tres o cuatro días, según portavoces del hospital, quienes calculan
que el informe final de los facultativos estará concluido en dos
semanas.
Dicho informe será enviado al Ministro británico del Interior
para que decida si el ex dictador está en condiciones físicas y
mentales de continuar el proceso de extradición. Straw puede o no
pronunciarse públicamente sobre el resultado de los exámenes y, en
el caso de que lo haga, no hay un plazo establecido.
Por el momento, un portavoz del ministerio del Interior
consultado insistió en que los pormenores de los exámenes y el
resultado de los mismos es un asunto confidencial. Los exámenes
médicos responden a la petición del Gobierno chileno al Ejecutivo
británico para que interrumpa el proceso judicial, impida la
extradición de Pinochet a España y le permita regresar a su
país.
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