El juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón dio ayer un plazo
de 24 horas a las partes personadas en el proceso que se sigue
contra Augusto Pinochet para que informen sobre la decisión del
Gobierno británico de permitir su regreso a Chile por motivos de
salud. Según fuentes próximas al magistrado, el «Home Office»
trasladó su decisión al Ministerio de Asuntos Exteriores español,
que a su vez la ha comunicado al Juzgado que, una vez reunidos los
informes de las partes, hará sus alegaciones a través de la
Embajada española en Londres.
Las fuentes consultadas señalaron que, pase lo que pase, «el
procedimiento ha sido un éxito. La Justicia española ha hecho todo
lo que tenía que hacer. Si Pinochet regresa a Chile habrá que decir
que fue después de que se concediera la extradición y sólo por
motivos humanitarios».
Según las mismas fuentes, a Garzón no le ha afectado la decisión
del ministro Jack Straw como juez, «ya que era una posibilidad
más», pero indicaron que «como persona puede sentar peor que un
acusado de crímenes tan graves no vaya a responder ante los
tribunales».
En cualquier caso, el magistrado teme que sea un error la
liberación de Pinochet por razones humanitarias. Garzón cree que
solo el tiempo permitirá saber si la decisión del ministro
británico es o no acertada: «si Pinochet muere en unos meses, todo
el mundo dirá que ha sido muy oportuno, pero si se recupera nada
más llegar a Chile hará un ridículo espantoso».
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